Capítulo XI DECISIONES

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Estoy de regreso a mi casa, después de estos días lejos de todos, mi mente se aclaró, lo primero que hago cuando llego, es prender mi celular, el cual deje en casa para no tener contacto con nadie, veo que entran muchos mensajes y la batería está en un 40%, contesto algunos y veo que Gian me ha dejado millones de mensajes diciéndome que me extraña, que sabe que no tenía mi Celular, pero se le hace imposible no seguir escribiendo aunque sabe que no lo tengo y no lo leeré. Me parece gracioso.

Decido llamarlo:

—Hola Gian, yo también te extraño. Leí tus mensajes.

—Cariño. ¿Llegaste? ¿Desde cuándo? ¿Porque no me avisaste para irte a buscar? ¿Estás bien? ¿Cómo te fue?

—Son muchas preguntas en menos de un minuto. Si, llegue hace un rato, estoy bien, me fue súper y no te avise porque quería llegar sola a casa para decirte que quiero que vengas a mi casa.

—Si voy para allá ahora mismo.

—No. Quiero que vengas a las 8 pm. Ni un minuto menos okay.

—Está bien, no sé cuál es tu misterio, pero okay, ahí estaré.

—Ningún misterio, bye que necesito recoger todo este reguero.

Ordenó mi apartamento limpio todo, después voy al supermercado compro los ingredientes para hacer pasta con camarones, compro un vino blanco, de postre Helado. Voy a caja, pago y me marcho a casa.

Como son las 6:30 decido bañarme, me pongo un mini vestido, unos zapatos algo altos y me suelto el pelo.

A las 7 me lavo las manos, para comenzar a cocinar. Arreglo la mesa, mientras la pasta está, pongo, dos copas, los platos y me dedico hacer la pasta.

Termino de cocinar a las 8 y escucho que llaman a la puerta, abro y ahí está Gian tan bonito, está vestido casual, me lo como.

—Diablos Aga, estás súper linda y yo que vengo vestido así ¿vamos a salir?

—Entra y no, no vamos a salir cariño. Ven vamos sígueme.

Camino hacia la mesa y me pongo a un lado para que Gian pueda admirar lo que hice, ya los platos están servidos, el vino en la mesa, puse dos velas rojas.

—Wao eso lo hiciste tú ¿Para mí?

—Sí, quiero hablar contigo, antes vamos a cenar, sé que te gusta la pasta y la hice especial para ti, espero que te guste.

—Dios, huele tan bien.

Nos sentamos y comenzamos a cenar, veo a Gian que solo jadea cada vez que come un poco de pasta. En realidad está súper buena.

—Gracias por la cena, estuvo súper rica y el vino espectacular. Eres una mujer perfecta, que todo hombre quisiera tener, eres bonita, inteligente y cocinas, el paquete completo.

Retiro los platos y solo dejo el vino y las copas, busco el helado de chocolate y lo sirvo todo en unas copas, lo llevo a la mesa con dos cucharas, cambio mi silla y la acercó a la de Gian. Estamos muy a gusto cuando decido decirle.

—Gian, te has convertido en un amigo para mi estos días, aprecio todo lo que haces por mí y la forma como me tratas, realmente estoy empezando a quererte, después de estos días encontrarme con mi yo interior y meditar sobre mi vida, quiero decirte Gian que no puedo ser tú amiga.

—Qué, pero yo.

—Déjame terminar, calla. Te decía que no quiero ser tú amiga, quiero que seamos algo más, tú me gustas mucho y no lo niego.

— ¿De verdad Aga? No relajes con eso.

—No relajo Gian, es cierto lo que digo.

Gian no me deja terminar y me besa, con deseo, con necesidad, yo solo me dejo llevar.

—Esta es la mejor noticia que he podido recibir, soy muy feliz, me haces feliz.

—Tú también, eres el mejor sabes.

—Lo sé.

—Arrogante.

—No bebe, soy tu arrogante.

Gian me toma por la cintura, me sube encima de él, siento que se me subió el vestido, me sigue besando y para.

—No pares, por favor.

—No quiero apresurar las cosas Aga, yo te respeto como la mujer que eres.

—No pares Gian, te deseo. Deseo hacerlo contigo, quiero que me hagas el amor.

Gian me besa nuevamente, su lengua choca con la mía, Dios que beso, me agarra la cara y sigue besándome con pasión, me empieza a dar besos por el cuello, gimo al sentir una corriente que eriza mi cuerpo, me sube en la mesa, todo eso besándome, sus manos suben por mi muslos, y mete una mano por mi vestido, agarra mis senos, me dice cosas al oído.

—Mira como me pones mi amor, estoy duro de solo pensar tenerte abajo de mí. ¿Dónde está tu cuarto?

—Este pasillo, puerta de fondo.

El me carga, mientras me va besando, cuando llegamos a mi cuarto, me deja en la cama, se quita sus zapatos, vuelve a la cama y me besa mis senos encima del vestido.

—Tienes mucha ropa nena.

Me quita el vestido, estoy solo en bragas, ya que el vestido iba sin bra, el me mira fijamente.

—Eres perfecta.

Con sus manos me soba mis senos, baja y los besa, los chupa, los muerde, hace eso con ambos senos, siento como mojo, este hombre tiene una lengua maravillosa.

Gimo y el sigue, baja lentamente por mi cuerpo, siento besos por mi abdomen, después en mi ombligo, finalmente baja mis bragas, me besa mi clítoris, siento como me soba.

—Diablos, estás tan lista para mí, estás muy mojada amor.

El quita mis zapatillas, después se desnuda, veo como se le marca en el bóxer que lleva puesto.

— ¿Te gusta lo que ves?

—Sí.

Me sonrojo, él se quita el bóxer, que grande la tiene. El sube a la cama, apoya sus brazos de la cama para no aplastarme, me comienza a besar nuevamente, abre mis piernas y siento su roce con mi vagina, poco a poco va entrándomelo, hasta que entra todo y se queda sin moverse.

—Se siente tan bien, estar dentro de ti, eres tan estrecha.

—Gian muévete, me encantas.

Gian sale y entra duro en mí. Con sus movimientos marca un ritmo, si sigue así voy a tener un orgasmos antes de lo esperado. Siento como se mueve dentro de mí.

—Me fascinas Aga.

—Si Gian, así dame más duro, más.

—Tú mandas.

Gian aumenta sus estocadas, se mueve fenomenal, siento como se acerca mi orgasmo.

—Gian.

Terminó pronunciando su nombre y al rato él también lo hace, siento como se tensa encima de mí, esconde su cara en mi cuello, dice mi nombre mientras se viene.

Gian sale de mí, se acuesta a mi lado y me abraza por la espalda, me pega cerca de él y me dice:

—Eso fue magnífico, me encanto hacerlo, eres mi Diosa.

—A mí me encantó también, Gian me gustas tanto.

—Tú me gustas más, mi Diosa.

Terminamos haciéndolo 3 veces más y nos dormimos, gracias a Dios mañana es domingo y no trabajo.
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Aga: Sobre nombre que le dio Gian Marco a Ágata.

Entre Amor & OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora