Día 27 | Experiencia paranormal

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Cantidad de palabras: 500 (casi lloro)
Advertencia: Ninguna

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—¿Seguros de que están bien?— Preguntó Steve preocupado. Sabía que esas historias de miedo y cosas paranormales no eran del todo ciertas, y de serlo, no tenía mucho miedo realmente. Natasha parecía ser la más inmune y escéptica a ese tipo de temas y por eso le parecía divertido. Sin embargo, el rubio se preocupaba por sus amigos ya que no estaba seguro de qué pensaban sobre ello.

—Por supuesto que estamos bien, somos hombres completamente estables y obvio no nos creemos todas esas boberías de fantasmas.— Dijo Sam con un fingido tono de seguridad y valentía, al menos exagerado. No le prestó mucha atención a la mirada extrañada del castaño a su lado, casi tras de él.

Pero Steve sí. —¿Buck?

—Todo bien.— Fue lo único que dijo, y con eso la preocupación de Steve desapareció un poco.

Horas después, Sam y Bucky se encontraban en sus respectivas camas en la habitación que compartían. Era de madrugada y el sonido de las grandes gotas de lluvia golpeaban contra la ventana con fuerza. Debido a la plática que habían tenido con la pelirroja, hasta los truenos resultaban aterradores. Pero ninguno decía nada al respecto, no después de decir que estaban completamente bien.

Fue entonces que, en medio de la completa oscuridad -salvo por la tenue luz que reflejaba la ventana sobre el suelo- se escuchó un fuerte golpe. Ambos respingaron del susto y se voltearon a ver. Quizá si estaban un poco asustados.

—¿Escuchaste eso?— Preguntó Sam como si no hubiera sido evidente. Pero a Bucky no le importaba si lo había escuchado antes o no; asintió rápidamente. Antes de que pudieran decir cualquier otra cosa, otro fuerte ruido se escuchó. —No puede ser cierto, esas cosas solo suceden en películas de miedo. Vamos a estar bien.— Trató de calmar un poco la situación, pero unos arañazos contra la puerta parecían no permitirlo.

Bucky no quiso, pero volteó a ver al otro casi de manera suplicante. Sam ni si quiera lo dudó y rápidamente abrió sus mantas para indicarle a Bucky que se acostara junto a él. El castaño casi corrió hacia la otra cama y se metió bajo las mantas. Ambos se quedaron en silencio unos momentos, hasta que un fuerte estruendo los hizo voltear a ver la ventana.

—Solo son los truenos y relámpagos...— Bucky susurró.

—Por si acaso... quedémonos así.

Por otro lado, en medio del pasillo, Natasha se encontraba recargada sobre la puerta de la pareja intentando sacarles el susto de sus vidas. Hasta que una voz la atemorizó a ella.

—¿Qué estás haciendo, Romanoff?

Natasha se volteó para ver de frente a Steve, que estaba de pie con una mirada exhausta en su rostro. —No asustando a Wilson y Barnes.— Steve bufó y negó con la cabeza, ahora intentando aguantar la risa.

—Veremos cómo los encontramos por la mañana.— Dijo mientras ambos se retiraban, sin saber que los otros dos yacían acurrucados en una sola cama, refugiándose de los temores de la oscuridad de la noche.

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31 días [Sam + Bucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora