31 días [Sam + Bucky]

Día 15 | ¿Quién habla dormido?

Cantidad de palabras: 472
Advertencia: Ninguna

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El cansancio puede llegar a hacer muchas cosas, ¿entre esas cosas? Hacer que las personas hablen mientras se encuentran dormidos.

Al menos Sam lo sabía: Bucky podía llegar a hablar dormido cuando tenía pesadillas. Pero apenas dejó de tenerlas y poco a comenzó a progresar en su estado mental, aquello dejo de suceder gradualmente.

Sin embargo, eso no significaba que no hubiera días en que llegaran a su hogar y cayeran rendidos en la cama, dejándose mecer entre los brazos de Morfeo -o el uno del otro-  el cansancio y sueño hiciera de las suyas a la hora de dormir. Por eso, para Bucky fue aterradora la noche que Sam empezó a hablar dormido.

Al principio le parecía imposible entender las palabras que el otro murmuraba, casi como si se estuviera peleando con alguien. No se hubiera sorprendido si en algún momento hubiera maldecido o algo por el estilo. Pero aunque pudiera sonar divertido, Bucky sintió su cuerpo congelarse en el momento en que escuchó ciertas palabras salir de la boca de Sam con una claridad que daba miedo:

—James, enciende la luz.

Bucky se enderezó sobre la cama al apenas escucharlo, solo que al ver el rostro completamente dormido del otro, la sangre abandonó su cuerpo.

—No, yo creo que no.— Dijo para sí mismo mientras se volteaba y se acurrucaba en sí mismo bajo las sábanas.

A la mañana siguiente, Sam se levantó completamente solo. Se dió cuenta después de que Bucky estaba despierto en la cocina mientras se aferraba a una taza de café humeante. Su rostro parecía haber visto un fantasma o mostraba un completo fastidio, algún punto medio entre esas dos opciones.

—¿No dormiste bien?— Sam preguntó con un cierto tono de preocupación. Bucky ni siquiera lo volteó a ver.

—¿Recuerdas que me dijiste que encendiera la luz?

—No— Entonces Sam estalló en risas, la mirada molesta de Bucky no lo detuvo. —, ¿yo te dije eso? Lo siento.

Bucky solo bufó mientras le daba un trago a su café.

—¿Te dió miedo que te dijera eso?— Preguntó Sam riendo menos que antes, pero sin aguantarse las ganas de seguir riendo. La escena en su mente resonaba de forma graciosa, a decir verdad.

—No, que va. Por eso dormí como bebé, ni te imaginas.— Rodó los ojos hablando con sarcasmo. Sam se acercó y lo abrazó por la espalda. Bucky solo gruñó pero no se alejó.

—Pudiste haberme despertado.

—Eso hubiera sido más aterrador.

—Bueno, ¿consideraste salir del cuarto al de invitados?

—¿Y tener que atravesar algo que querías que viera con la luz encendida pero apagada? Obvio.

Sam entonces tuvo que esconder el rostro en la nuca del otro para no seguir riendo; su estómago comenzaba a dolerle. Mientras pudiera, estaba seguro de que haría lo posible para que Bucky pasara al menos una buena noche.

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