Guardián Sombra

9. 𝑆𝑜𝑏𝑒𝑟𝑏𝑖𝑎

—Tonterías.

Yibo aprieta los puños, y toma todo de sí no poner los ojos en blanco. Se esfuerza lo suficiente en mantenerse quieto, dócil e inexpresivo frente al parlamento de ancianos que están sentados frente a él.

"... Solo respira profundamente. Son ancianos, son ancianos, son ancianos..." repitió el mantra varias veces en su cabeza.

Pero no aminoraba la sensación de desesperación en su pecho.

El mismo anciano que había hablado, un hombre de piel oscura y cabellos blancos cortos que vestía una túnica de colores blancos para representar su estatus, miró a Yibo con expresión tranquila pero soberbia.

—No hemos tenido problemas con los antagónicos durante muchísimas décadas. —cruzó los dedos por encima de la mesa. —implícitamente llegamos a un punto medio donde ellos actúan sin rebasar los límites de lo tolerable. A cambio, nosotros tampoco hemos vuelto a interferir demasiado en sus asuntos. Es un ojo por ojo, diente por diente.

Zhao LiYing había acompañado a sus hermanos en el camino. Por lo que decidió interceder ante el argumento de uno de los ancianos miembro de Los Guardianes.
Dentro de ese enorme palacio, se movió vistiendo sus túnicas blancas con azul e hizo una ligera reverencia a modo de saludo.

—Mis señores. —ella intervino, ganándose la mirada de todos los curiosos en la gran sala. —aunque todos los dioses guardianes hemos sido comunicados de este... acuerdo... "implícito" al que se ha llegado con los dioses antagonistas... —sus ojos negros inspeccionaron a todos los mayores. —... me temo que nunca han sido entidades de las cuales podamos confiarnos.

Ella no mentía.
Había vasta evidencia histórica de las veces en que ellos decidieron romper acuerdos diminutos. Sin embargo, este supuesto acuerdo implícito es el que más tiempo ha durado y, sobre todo, ha sido de mayor formalidad que los eventos anteriores.
Ambos bandos de dioses se encontraban cómodos desde sus lugares sin alterarse los unos a los otros. ¿Cuál sería la necesidad por la que deberían de romper ese acuerdo?

¿Qué cosa en específico llevaría a los antagónicos a alterar ese acuerdo?

Otra de las mayores del parlamento, intervino. Tenía facciones latinas, largos cabellos negros y largas vestimentas coloridas acompañadas de joyas doradas que adornaban su cuello, brazos, orejas y manos. Los ojos negros como el carbón miraron a cada uno.

—... He de decir que nuestra Diosa del Viento y Trueno tiene razón. —Los tres hermanos parecieron recuperar la respiración al ver que una de las ancianas entraba en razón.

—¿Específicamente en qué, Mantli?

La mayor observa al anciano de cabellos blancos con expresión seria.

—Siempre han sido personalidades muy problemáticas por naturaleza. Y... aunque entiendo que no podemos iniciar un conflicto abiertamente acusándolos de algo, tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados. —la mujer mira a los hermanos, con un brillo apremiante en la mirada. —hicieron bien nuestros señores en acudir al parlamento.

WenHan por primera vez hace una reverencia a modo de saludo. Viste túnicas naranjas y rojas que acentúan sus rasgos, aun y con el cabello corto al igual que Wang Yibo a su costado.

—Nos alegra saber que actuamos debidamente.

—Si, bueno... ya los felicitamos. —la voz, hace que la presencia de los otros dioses alrededor sea tomada en cuenta de nuevo. —Pero, ¿podemos concentrarnos en el problema, mis señores?

Yibo se gira, y reconoce solo con un vistazo breve al dios que habló.
Tiene vestimentas azul marino que va en varias capas. Encima de estas hay hombreras plateadas que lo hacen lucir más imponente, y el retocado en su cabeza que recoge el largo cabello negro en una coleta alta resalta sus facciones suaves y gentiles