Padre Por Paquetería

Cap. 7 / Sospechoso

Finalmente Lincoln tuvo su merecido descanso después de recibir a tantas chicas en su casa, ya que habían pasado un algunos días desde que no recibió otra caja, paquete o carta. El aprovechó ese tiempo para remoledar su casa, haciendola un poco más espaciosa y así tener mayor comodidad tanto para él como para sus hijas. 

Pero para su trabajo la situación era otra, últimamente le ha faltado personal y pareciera que cada día hay más personas que atender. Afortunadamente nuevas personas decidieron ayudarlo...aunque a Lincoln no le convencía mucho la idea, no le quedó de otra despues de que le incistieron demasiado.

—Bienvenido al restaurante y gracias por elegirnos, ¿en que puedo ayudarle? —dijo Lillith parada en la puerta vestida de forma elegante.

—Hola, mesa para uno porfavor.

—Claro señor, acompañeme.

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—Muy bien chicos, aquí traigo su pedido. —dijo Gloom con unas bandejas en manos.

—Muchas gracias amiga, toma esto como propina. —dijo uno de los chicos dandole unos billetes a Gloom.

—¿En serio?, ¡muchas gracias! —dijo Gloom tomando el dinero. —Ya es la quita vez que me entregan propina esta semana, debo ser una muy camarera escepcional.

—Niña suertuda, si tan solo supiera la verdadera razón por le dan ese dinero. —pensó Laika  mientras usaba igual un uniforme de camarera limpiando un mesa.

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—Bien Terry, aquí están los pedidos y las direcciones. —dijo Jordan entregandole varias bolsas a la roquera.

—Gracias, será mejor que me dé prisa. —dijo Terry mientras encendía la moto.

—Antes de que te vayas...¿qué relacion tienes con las chicas nuevas?

—(Nerviosa) Ahh, son solo unas amigas mías.

—Mhh, ok. ¿No crees que dos de ellas son muy jóvenes para trabajar?

—Talvéz, pero realmente necesitaban el trabajo, y que mejor momento, ¿no lo crees?, Además hable con pa- digo, con Lincoln, y aceptó.

—(algo desconfiada) Bueno, mejor ve a repartir antes de que pasen los 30 minutos.

—¡Si señora! —dijo Terry con saludo militar y partió a una gran velocidad.

Jordan se lequedó viendo unos segundos para finalmente regresar a la cocina y encontrarse con sus amigas Stella y Cookie.

—¿Te dijo algo sobre las nuevas? —preguntó Cookie.

—Nada importante.

—Vamos chicas, tomemoslo con calma. No hay razón para pensar mal sobre ellas, han hecho un buen trabajo. —intentó calmarlas Stella.

—Ese no es el problema, el problema es que hay mucha casualidad de que Lincoln contratara a estas chicas sin mucho esfuerzo. —dijo Jordan.

—Bueno, la situación lo ameritaba. —explicó Stella.

—Lo sabemos Stella, pero aun así, Lincoln suele ser algo meticuloso al contratar empleados nuevos, ¿no te parece extraño que las contratara sin más? —dijo Cookie.

—Un poco, pero talvez y Lincoln se quiere tomar las cosas con más calma ahora.

—¿Tanto como para contratar a dos menores de edad?