Cap. 22 / Todas Juntas

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Retomando donde nos quedamos en el capítulo anterior, Lincoln y algunas de sus hijas estaban ayudando a Terry que se había atragantado después tras la noticia de que todas la madres faltantes llegarían en un par de horas.

—¿Te encuentras mejor hija? —preguntó Lincoln quien mientras le daba una cuantas palmadas en la espalda.

—S-si *coff*, aunque creo que hay algo *coff* que me podría ayudar mejor *coff* —decía Terry entre tosidos.

—¿Y qué sería eso?

—Una respiración boca a boca. —dijo mientras se acerca lentamente a los labios de su padre.

—Yo creo que ya estás mejor. —dijo Lincoln mientras evitaba que su hija se le acercase más.

—¡Pero si todavía estoy mal!, ¡puedo morir si no me das respiración boca a boca! —decía Terry insistente mientras forcejeaba con su padre extendiendo sus labios en señal de beso.

—Supongo que no sabía que era su padre antes de empezar a sentir esto por el. —susurró Haiku a las demás mujeres ante el comportamiento de Terry.

—Te recuerdo que es hija de Tabby,  ya sabes como es esa mujer. —le susurró igualmente Maggie.

—Y que ahora tenga que lidiar con ambas al mismo tiempo, el pobre Lincoln puede que sufra mucho.

—Solo hay que mantenerlas vigiladas eso es todo. . .y a todas las demás para estar seguras.

—Ejem, disculpen esa escena. —dijo Lincoln quien consiguió quitarse a Terry de encima gracias a un calzón chino que le hizo Laika.

—Un día pagarás por esto Laika, ya lo verás. —dijo Terry en voz baja y molesta mientras se metía sus bragas que se habían estirado por el jalón que le dio la peli-naranja.

—Entonces Lisa, para confirmar que escuché bien. ¿Tanto Sam, Tabby, Polly y Becky, vendrán en un par de horas a la casa? 

—También debería estar Stella, pero debido a su situación actual en el hospital, dudo que pueda llegar. —habló Lisa.

—Podríamos ir a visitarla y ver si al menos le dan un permiso para que pueda salir aunque sea hoy, suponiendo que no esté tan grave claro. —sugirió Haiku.

—Supongo que podría funcionar, pero tendremos que irnos lo antes posible, cualquier cosa relacionada con los hospitales siempre es igual a un largo tiempo. —dijo Lisa.

—Bien, supongo que nos iremos por el momento. Yo también iré para saludarla. —dijo Maggie.

—Es-esperen, ¿y yo? —dijo Lincoln.

—Podrías aprovechar este tiempo para relajar tu mente, discutir el tema con tus hijas, o simplemente calmarte un poco. —dijo Lisa.

—Muy fácil para ti decirlo. —dijo Lincoln algo molesto.

—Descuida, todo saldrá bien, y pase lo que pase, respetaremos cualquier decisión que tomes, es lo menos que podemos hacer. —dijo Haiku.

—Supongo, que eso me relaja un poco. —dijo el albino con una clásica con una sonrisa más calmada. 

Tanto Maggie como Haiku sorprendieron al albino con un pequeño beso en cada mejilla para después salir de la casa dándole un guiño coqueto cada una al albino.

—Bueno, creo que esto podría ser un progreso. —dijo Lincoln hasta que de forma repentina sintió otro beso en su mejilla. Y este al voltear observó que se trataba nuevamente de Terry.

Padre Por PaqueteríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora