-Y el resto de la tripulación?
-En Demir, comprando armas y cosas que necesitaremos. -explico.
-Entonces estamos solos?
-Sí.
-De verdad? Dónde se ha escondio ese estúpido Salado o como se llame?
-Salazar? -Leviatán asiente. -Le tienes envidia porque es tu reemplazo?
-Envidia? Yo? Cariño, la envidia provoca arrugas. -sonríe, coge una daga y comienza a quitarse la cera de los oídos con ella.
-Eso es asqueroso... -eso me hace pensar que mi ropa también lo está, debería cambiarme. -Toma el timón.
-Y eso a qué viene?
-Es mi barco y yo mando, haz lo que te pido. Tienes suerte de que esté de buen humor.
-Tienes razón.
Le dejo al mando y bajo a mi camarote en la cubierta.
Cierro la puerta y busco algo de ropa.
Después de un buen rato buscando algo resistente a caídas, rasguños y golpes Leviatán toca la puerta.
-Estoy desnuda.
-Y se supone que eso tiene que mantenerme fuera? -pregunta, apoyado en el marco de la puerta. -Me ilusionaste para nada, aunque ese corset te queda delicioso. -sonríe, pasando la lengua por sus dientes.
-Necesitas algo?
-La reina, nos ha mandando una lechuza. -me pasa un pergamino por el aire. -Quiere saber por qué tardamos tanto.
-Pues porque no han inventado algo que vaya más rápido en el agua. -me quejo estrujando el papel.
Cojo uno nuevo y mojo la punta de mi pluma en el tintero.
-Por qué la tinta es roja?
-Quién dijo qie fuera tinta?
-Ah.
-Dónde está el pajarraco? -Leviatán señala un barril con una lechuza dorada sobre él. Le engacho el papel en la pata y le echo fuera del barco. -Listo.
-Por cierto, sobre lo de ir más rápido. -se acerca a la proa y yo le sigo, en el agua veo dos hipocampos con monturas. -Les engancharemos al barco, ellos lo guiarán.
-Son tuyos?
-Elisabeth, te presento a Eli y Kazel.
-No me interesan sus nombres. Engancha los rápido, no podemos perder el tiempo.
-Lo que tú digas princesa. -me clavo las uñas en la palma de la mano para evitar romper le esa cara de guapo chulo que tiene.
...
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Elisabeth
FantasíaAquí todos mienten, lo hacen de cierto modo. Te acabas dando cuenta con el tiempo. Dicen que las hadas no mienten, que están obligadas a decir la verdad, sea cual sea. Pero él... Él era la excepción. Esta es la historia, donde una humana, reina de...