7. Bailemos

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Mientras caminamos entre la gente miro por uno de los ventanales del gran salón

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Mientras caminamos entre la gente miro por uno de los ventanales del gran salón.

-Bailemos. -sonríe viéndome a los ojos, estamos en el centro de la sala, justo bajo la gran lámpara de araña.

Extiende su mano hacia mí, me veo obligada a corresponder. La voz de una ninfa comienza a sonar, habla en uno de los antiguos idiomas que las personas usaban antes de que las hadas tomaran el control. Mi padre decía que se llamaba Francés. Ahora solo usamos un único idioma sin nombre.

Todos en la sala hacemos los mismos pasos, cada uno con su respectiva pareja.

-Más te vale que me digas dónde has metido la corona. -hablas seria, sin dejar de moverte.

-Me han robado la corona. -abro los ojos al escucharle.

-Cómo que no tienes la corona?! -susurro lo más alto que me es posible, no sería bueno que nos escucharan.

-En mi defensa... Ese vestido te queda muy sexy. -mi cabreo aumenta, le piso el pie con el tacón de hierro de mi bota.

Sonrío al verle. El dolor que siente se le nota en la cara. -Lo siento, soy muy torpe. -miento al ver que algunos invitados nos miran.

-La reina ya lo sabe, piensa que fui con el resto del ejército a por ti, pero enrealidad fui por libre. -se encoge de hombros.

-Eres una sucia rata... -río asimilando sus palabras. -Confía tanto en ti que no se preocupó por si hacías otra cosa...

-Justo en el blanco.

-Y por qué yo no lo sabía?

-Quería ver tu cara.

-Me lo podrías haber dicho antes.

-No sería tan divertido.

-Maldita sea... Sigues siendo igual de insufrible que antes. -gruño.

-Y tú sigues siendo igual de preciosa, Elisabeth.

-Bastardo.

Juntamos nuestras manos en el aire, mientras que la otra la posicionamos tras la espalda. Nos miramos a los ojos, yo enfadada y él orgulloso delo que había conseguido, el qué?

Sacarme de mis casillas.

Llamamos la atención de toda la sala, siempre nos decían que bailábamos muy bien, supongo que con los años hemos mejorado.

Al volver a estar junto a él saco mi puñal lo más rápido posible y lo acerco a su estómago, la falda esconde mi acción.

-Yo no lo haría, la reina quiere que trabajemos juntos, princesa.

Tenso mi mandíbula al recordarlo, esto va a ser muy difícil.

El baile acaba y los dos le hacemos una reverencia al otro. -Repetimos princesa?

ElisabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora