ESPECIAL HALLOWEEN 1/4
-A dónde vamos princesa? -pregunta Leviatán jugando con uno de mis puñales.
-Vamos a Evian. -informo. El reino de agua, famoso por ser habitado únicamente con sirenas y tritones, pero no de esos hermosos que ayudan a los marineros. Si no de los que intentanñ hundir sus barcos y ahogarles en las profundidades, haciéndoles creer que están en sus hogares, con sus mujeres o hermanos.
-Estás segura de lo que estás haciendo princesa? Nadie ha vuelto con vida de ahí.
-Yo sí. -alzo la mirada del mapa viendo una niebla espesa delante de nosotros. -Encended las antorchas y prestad atención, no os dejéis engatusar tan fácilmente.
-Sí capitana! -les veo encender antorchas, farolillos y todo tipo de cosas que puedan desprender luz para colocarlas por los alrededores del barco a modo de protección.
-Meredith, ves algo? -pregunto, está subida en el mástil mayor con un catalejos.
-No hay movimiento sospechoso...
-Está bien. Listos?
-Sí.
Me gustaría decir que yo también, pero en realidad no, normalmente vengo sola aquí, porque sé que a mí me afecta menos que a todos ellos, pero esta vez no puedo permitirme ese lujo.
Entramos en la niebla, no veo nada tres palmos frente a mi nariz. Solo se escuchan las olas del mar.
-Y qué... -callo a Leviatán, él nunca estuvo aquí y no sabe como tratar con estos seres.
Tenemos que cruzar esto si queremos llegar a donde quiero.
Si lo rodeamos tardaremos días, incluso semanas. Y no contamos con tanto tiempo.
-Shhh. -bajo con cuidado los escalones de madera y cojo una de las antorchas. Me acerco a la baranda de madera del barco e intento divisar el agua, esta es de un color azul grisáceo muy turbio.
Veo una sombra moverse hasta pasar debajo del barco.
Están aquí.
-Hoy no era luna llena? -murmura Meredith.
Mi cara cambia por completo, con luna llena los efectos son más fuertes.
-No importa, lo podremos aguantar. -no dejaré que me vean débil.
Vuelvo al timón, a mi lado están Meredith, Chase y Leviatán.
-Oye, princesa, creo que será mejor que des la vuelta.
-No lo haré. No podemos disfrutar del privilegio de rodear la niebla. -agarro el timón con firmeza.
-Pero...
-Nada de peros, yo estoy al mando de este barco y se acatarán mis órdenes.
-Está bien. -pasamos varios minutos en silencio.
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Elisabeth
FantasyAquí todos mienten, lo hacen de cierto modo. Te acabas dando cuenta con el tiempo. Dicen que las hadas no mienten, que están obligadas a decir la verdad, sea cual sea. Pero él... Él era la excepción. Esta es la historia, donde una humana, reina de...