21. Larga vida a la reina

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-Si no queréis morir debéis formar parte de mi corte y acatar todas y cada una de mis órdenes, sea la que sea

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-Si no queréis morir debéis formar parte de mi corte y acatar todas y cada una de mis órdenes, sea la que sea. La mirada de Victoria va hacia el guardia, una mirada mortal que lo hace desintegrarse y convertirse en polvo hasta desaparecer. 

Escupo en su vestido ignorando la espada que hay en mu cuello. -Esa es mi respuesta, su majestad. -miro a Jack, pero él está cabizbajo sin decir nada. 

-Te has sentenciado tú sola, niña arrogante. -alza su mano, preparada para cortar mi cabeza de un solo golpe. Prefiero mil veces la muerte a estar bajo sus órdenes. 

-Acepto! -el filo de la espada se detiene a escasos milímetros de mi cuello, pero lo que corta mi respiración es la voz de Leviatán. -Accedo a servirla en su corte de nuevo, su majestad. 

Lo miro esperando que esta sea una de sus bromas sin gracia. Me siento nerviosa y mareada tan solo de escuchar eso. Jack se levanta del suelo, sé cuales son sus intenciones pero no digo nada al respecto, mi decepción es tan grande que incluso puedo escuchar cómo mi corazón se parte. 

Acaba de hacer su reverencia declarando su segunda traición. -Bien hecho, Jack. 

Los dos se alejan caminando dándome la espalda. -Fui una tonta creyendo que habías cambiado. -me río para retener las lágrimas, lo último que quiero es dañar aún más mi orgullo. 

-Lo siento. -lo que más me duele es saber que no miente, porque las hadas no pueden hacerlo, y, por desgracia, él es una de ellas. 

Esto no se va a quedar así, no pienso perder, otra vez no. Me levanto del suelo y cojo mi puñal del suelo, corro lo más rápido posible sintiendo cómo mi corazón arde de rabia. 

Atravieso el pecho de Jack sintiendo un alivio profundo mezclado con remordimiento y culpa por haber creído en sus palabras. 

"-Mentir no es la única forma de engañar a la gente. " 

-Vuelve a mentirme. -susurro en su oído con los ojos cerrados dejando escapar dos lágrimas.

-Te quiero. -saco mi puñal y tapo su boca tumbándolo en el suelo con cuidado. No puedo ni mirarlo a la cara, sé que si lo hago me voy a arrepentir de lo que he hecho. 

Cojo la espada que tiró esa bruja y camino hacia ella, se está quitando la pechera de su armadura mientras habla de lo que le ordenará hacer a Jack conmigo antes de matarme. 

No puedo evitar reírme. 

" Vas a desear no haberme conocido nunca, maldita bruja. "

En cuanto se gira corto su estómago con el filo de la espada salpicando mi ropa con su asquerosa sangre. En cuanto cae al suelo entierro el metal en su cuello atravesándolo y cortando su cabeza. 

Cojo la corona y subo los peldaños que me separan del trono, me siento sobre el y coloco la corona en mi cabeza. 

-Larga vida a la reina...

Ya está,

Se ha acabado todo. 

La rabia me consume por dentro. Me levanto y tiro la corona al suelo con fuerza gritando mientras las lágrimas caen por mi cara. 

Mi brazo comienza doler de sobre manera, cómo si se estuviera quemando. Eso me hace gritar aún más de dolor físico y sentimental. Caigo de rodillas delante del trono con los ojos rojos de llorar, el corazón partido y un dolor infernal. 

No sé lo que siento, son demasiadas cosas a la vez como para pensar en una solo. 

El sol de la mañana entra por el agujero de la pared acariciando mi cara. En cuanto lo veo en el horizonte el dolor cesa y mi energía se acaba. Mi garganta duele al igual que mi corazón. 

Me dejo caer rendida ante la impotencia en el suelo, sobre la sangre de mis dos víctimas.  

-Elisabeth! -escucho las voces de Kaluka y Maluk. -Elisabeth despierta! 

Mi mirada cae sobre los ojos de Jack, sin vida, apagados, tranquilos. 

Sé que nos volveremos a encontrar. También que en el fondo me agradece que por fin haya acabado con su maldición y que lamenta que todo haya acabado así. 

Unos brazos fuertes me levantan del suelo, me encuentro con los ojos verdes de Hunter. 

Pero esos no me gustan, dejo caer mi cabeza hacia su cuerpo, quiero volver con él, quiero abrazarlo y besarle, repetirle mil veces que lo quiero y que lo siento mucho. 

Nos alejamos de él y no puedo hacer nada. No tengo fuerzas ni para hablar. 

...

-Ya sé lo que es. -sonríe la vieja cubriendo de nuevo mi brazo tras examinar las marcas que le han salido. 

-Y bien? -pregunta Meredith asustada. 

-Es un traspaso de maldición a otro cuerpo, en este caso el tuyo. -siento su mirada sobre mí, yo sigo mirando un punto cualquiera en la pared sin hacer o decir nada. -Cada marca significa algo distinto, y por la forma de las suyas es inmortalidad. 

-Eso quiere decir que es como nosotros? -sonríe Hunter. 

-Así es. 

" De qué me sirve una vida eterna si no podré volver a verlo? "

-Ahora lo que necesita es descansar lo máximo posible, pronto te pondrás bien. -sonríe acariciando mi mejilla. -Venga niños, vamos a ayudar a los constructores. -la vieja se va con Kaluka y Maluk fuera de mi habitación. 

-Iremos a traerte algo de comer, volvemos enseguida. -sonríe Meredith  llevándose a Hunter con ella fuera. 

Me quedo sola en un dormitorio enorme, en completo silencio. 

Me levanto de la cama y camino hacia la puerta de cristal que da a la terraza. 

Llevo puesto una camisa blanca muy larga que la vieja me hizo. 

Al caminar paso por delante de un espejo, subo la manga de la camisa viendo mi brazo. Lineas negras dibujadas por mi piel hasta el hombro, un dibujo celta. 

Me cubro el brazo y sigo caminando. Abro las puertas de cristal viendo el pueblo. Salgo a la terraza agarrando la barandilla de piedra. 

Hay gente por los jardines transportando materiales de construcción para poder arreglar todo. 

Una pequeña brisa me hace cosquillas en el cuello, como si algo ligero acariciase mi piel. Ante mis ojos veo una pluma negra que vuela con el viento. 

Me rodea varias veces y roza mi nariz haciéndome cosquillas. 

Consigo agarrarla, al tenerla entre mis dedos siento como si unas manos cubriesen las mías con cariño. Cierro los ojos inclinando la cabeza, sus caricias van a mi mejilla y roza mi labio con sus dedos. 

Al abrir los ojos esa sensación se va, pero me siento mejor que antes. Escucho el graznido de un cuervo a mi lado. Lo miro sin entender, lleva algo en su pico, se acerca a mí para dármelo.

Tiene algo escrito en el dorso. 

"Siempre pensé que eras tú, mi pequeña Eli. 

Con amor; Jack. "

Le doy la vuelta al papel viendo una fotografía de mi madre, su pelo negro, piel pálida, ojos azules y sonrisa sincera. 

-Siempre me sorprendes idiota. 

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Queda un capítulo y el epílogo, la semana que viene le daremos fin a esta historia 😭




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