Mundo Bestial

Capitulo II

De algo estaba segura, él no era humano...

Puso sus manos sobre el tonificado pecho de el para tomar un poco más de distancia ya que estaba atrapada dentro de los brazos de él.

-Vaya... este sí que es un sueño bastante loco, bueno es hora de despertarse - se pellizcó la parte interna del muslo con mucha fuerza para así poder escapar de este sueño que se tornó algo loco.

-"Hiss ..." ¡Duele!

¡¿Duele?! ¡¿Por qué dolería?!

Con lágrimas en los ojos, miró la parte de su muslo que se había vuelto púrpura por el pellizco y su cerebro dejó de funcionar nuevamente...

¡De hecho dolía, lo que significaba que no estaba soñando!

Emely sintió ganas de llorar sin lágrimas. Tenía el fuerte impulso de gritar al cielo y preguntar si alguien podía explicarle qué diablos estaba pasando.

Ella acababa de tomarse unas vacaciones de su ajetreada vida en la ciudad y poder por fin descansar su mente de la universidad pero, ¿cómo fue que una excursión en las montañas la llevó directamente a aquí? ¡¿Que... dónde está este lugar?!

Su cerebro se quedó en blanco y no podía pensar en absoluto. Solo había un pensamiento desconcertante en su cabeza: ¿Habrá caído en un agujero negro la que la traslado a otro mundo? ¿Cómo una historia de fantasía? Esto sí que suena realmente ridículo y fuera de contexto pero... no puede descartar esta hipótesis.

Pensando en eso, Emely nuevamente notó que el hombre que la abrazó se había mantenido callado todo el tiempo.

-Mmm.. ¿Puedo preguntar quién es usted, señor...? - Emely olvidó selectivamente que acababa de burlarse del hombre hace unos momentos, el personaje pródigo que se había dejado ser, el beso forzado, olvidemos juntos todas esas cosas que acaban de pasar.

El hombre se llenó de curiosidad por la pequeña hembra frente a él. Su estado de ánimo cambiaba constantemente y su delicada carita siempre tenía emociones llamativas, a veces burlonas, a veces juguetonas, a veces encantadoras, a veces tan temerosas como un ciervo.

-Yo... no tengo nombre - digo suavemente casi en forma de susurro solo para ellos dos.

- Eh... ¿Cómo un hombre tan guapo no tiene nombre?- se tapó la boca avergonzada al darse cuenta lo que acaba de decir - ¿Lo acabo de decir en voz alta?

Él sonrió de manera juguetona mientras asentía

"Maldición, que vergüenza trágame tierra"

- Ejem bueno, un placer conocerte mi nombre es Emely...

- Emely... - El muchacho repitió juguetonamente el nombre de ella y sintió una inquietud en su corazón, como si le dijera que este extraño nombre sería de gran importancia para él.

- Si... - ella asintió y se rió alegremente. Poco sabía ella que su sonrisa había cegado los ojos del misterioso muchacho y también había ocupado su corazón en muy poco tiempo.- Dijiste que no tenías un nombre... ¿Por qué?

- Cuando me convertí en adulto no me gusto ningún nombre, por lo cual no tome ninguno...- dijo mientras la cargaba de una manera segura antes de ponerse de pie ágilmente y dirigirse a su cueva

Mientras ella estaba perdida en sus pensamientos al escuchar lo que dijo aquel hombre se acomodó en sus brazos inconscientemente sin percatarse a donde se dirigían como si esto fuera tan normal. Cuando estaban llegando a la entrada la escucho susurrar algo suavemente, si él fuera un muchacho común y corriente le sería imposible escucharlo, pero él era una existencia mucho más peligrosa que un simple humano él era una bestia...

-¿Qué es lo que tu llamas la tierra y que es una excursión?

Emely se sorprendí por la repentina pregunta, y más sorprendida estuvo al darse cuenta que se dejó llevar por sus pensamientos que no se percató en donde estaba y a donde se estaba dirigiendo

-Espera, espera un momento... ¿A dónde nos estamos yendo?¿Acaso me estas llevando como ofrende para la bestia que se encuentra en la cueva?¿En todo este momento que te comportaste de forma amigable conmigo era para que bajara la guardia y entregarme como un aperitivo?

Estaba bombardeándolo con preguntas de manera histérica mientras se atragantaba con sus sollozos, estaba demasiado aterrada al pensar que sería comida viva.

El entró en pánico al no saber cómo calmarla entonces el recuerdo en donde ella lo besaba paso como si se tratase de un rayo por su mente y en ese momento se sintió primero sorprendido, luego relajado y por ultimo sintió un placer inexplicable al ver como esa pequeña hembra lo estaba poseyendo. Al sentir que este método funcionaria tomo ágilmente posesión de sus carnosos labios.

Ella quedo sorprendida con el repentino ataque de parte de él, aunque era bastante torpe besando pero le pareció tierna su torpeza y no lo aparto.

"No puedo decirle no a un hombre que es sumamente hermoso, te enseñare lo que es un beso realmente" teniendo eso en mente deslizo sus dedos desde su nuca hasta su cabello y lo atrajo más hacia ella de una manera suave y tierna empezó a jugar con su labios intercambiando desde besos fogazes hasta picos tiernos sintiendo de vez en cuando el sabor salado de su lágrimas derramadas hace un momento pero no le importó... Mientras que el respondía muy bien para ser un novato.

-"Esta mujer me está volviendo loco" - pensó para sí mismo mientras escuchaba latir su corazón a toda prisa mezclándose con los fuertes latidos de ella también, se sentía extasiado por cómo le correspondía, sin siquiera abrir sus ojos se dirigió hasta una roca mediana cerca de la cueva y se sentó para que ella estuviera más cómoda pero se sorprendió al verla como se movía ágilmente hasta estar en cuclillas sobre el sin siquiera soltarlo un poco.

Al pasar el tiempo todo esto se estaba saliendo de control al percatarse que sus deseos carnales crecieron más al sentir como ella inconscientemente se empezó a mover mientras devoraba tan posesivamente sus labios y daba suave tirones en sus cabellos haciendo que circularan corrientes por todo su cuerpo poniéndolo en un estado tan embriagado de placer que quería poseerla en ese momento pero no quería eso, quería que ella lo eligiera como su compañero por su propia voluntad no quería que ella lo llegase a odiar y menos el quería ser igual a todas esa bestias callejeras al tomar a una hembra por la fuerza preferiría morir antes de convertirse en un animal al igual que ellos.