Capitulo XX

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– ¿Esta bien de esta forma? – Amsha volvió al poco tiempo orgullosamente mientras traía consigo el ciervo totalmente limpio y despellejado.

Emely no podía creer la gran eficiencia y rapidez de estos muchachos a la hora de cumplir un mandado.

– Si, gracias por tu arduo trabajo – inclinó la cabeza y le sonrió dulcemente mientras bajaba de los brazos de Blake y corría hacia el con total alegría, hoy por fin será el día que coma algo de carne después de tanto tiempo al solo pensarlo se le hacía agua en la boca.

– N-no es necesario – el leopardo se sonrojo al verla tan feliz por algo que había hecho por ella.

Mientras que ella solo esperaba recibir rápidamente la carne para poder cocinarla no imaginaba los pensamientos locos que estaba teniendo Amsha en ese preciso momento, Blake al notarlo se acercó a paso veloz tomando el ciervo entre sus manos y lo inspecciono cuidadosamente provocando que Amsha se tensara e endureciera la cara con molestia.

– Mmm nada mal..., debo admitirlo – por primera vez Blake le dio el visto bueno, dejándolo totalmente desbocado en su lugar.

Emely suspiro aliviada, ¿será que por fin puedan llevarse aunque sea un poco mejor hasta que ellos regresaran a su casa cueva?

Cuando el ambiente se tornó más suave el flujo de la conversación transcurrió de forma continua y en paz, ella solo se limitó a obsérvalos ya que Blake le ordeno que se quedara quieta en la sombra mientras el asaba algo de carne para ella, pero eso no quiere decir que él los haya aceptados como pretendientes ni menos como compañeros de su amada solo que no quería que ella se molestara con él.

Mientras que los otros tres hombres se limitaron solo a observar y preguntar con curiosidad, ya que él se movía ágilmente en el fuego mientras asaba algo de carne para ella.

Las comisuras de la boca de Emely se curvaron hacia arriba sin saberlo. La pantera era realmente un hombre duro, pero tenía su lado tierno ¡ella estaba encantada con él!

《Aunque pensandolo bien los otros tres tampoco estaban tan mal que digamos》, pensó para ella misma mientras asentía a favor.

Mientras seguia en sus pensamientos sobre aquellos muchachos, la carne del ciervo se asó hasta que estuvo tierna por dentro y dorada por fuera.

– Ten, pruébalo – Blake le entrego una brocheta de carne improvisada para ella,  provocando que la muchacha no pudiera evitar suspirar con deleite al sentir el aroma delicioso que estaba desprendiendo tenía tanta hambre que vio estrellas volando ante sus ojos. No importaba cuántos chicos guapos estuvieran parados frente a ella, no podían compararse con lo bien que se veía la carne de ciervo asada.

Soplo con cuidado mientras sentía que en cualquier momento iba a babear al solo sentir el fragante aroma hasta que le dio el primer mordisco provocando un sonido totalmente placentero y desatando a la bestia hambrienta de su interior que no le importa mantener los modales a la hora de comer.

Según los estándares del mundo actual, la forma en que comía la niña parecía bastante lamentable y poco de que desear.

Pero a los ojos de estos hombres, era extremadamente adorable y apetecible verla comer tan bien.

Ese pequeño y delicado rostro estaba tan profundamente satisfecho mientras su pequeña boca que parecía tan sabrosa como una cereza estaba manchada con el aceite de la comida. No la hacía parecer descuidada, sino más bien más vivaz y adorable. Al ver cómo comía, los machos no pudieron evitar tragar saliva también pero nunca tratarían de robarle comida a una hembra por mas deseosos y hambrientos estuvieran.

Pero su forma de comer no fue lo que sorprendió sino como demostró su alegría, provocando otra ola de conmoción entre todos los hombres presentes en ese momento.

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