VI.

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Nuevamente la cola peluda de Ruddiger pasando cerca de su cara la despertó. Sus ojos demoraron unos segundos en acostumbrarse a la oscuridad. No recordaba en qué momento se quedaron dormidos, podía sentir perfectamente la respiración de Varian en su oreja y como sus piernas estaban entrelazadas. Se levantó sin despertarlo, y abrió un poco la persiana, no debía ser tan...

- ¡Varian, despierta! – Grito mientras buscaba en la oscuridad de la habitación su ropa.

- ¿Qué pasa mujer? – Preguntó adormilado.

- Ya es de noche, tenemos que irnos. – Dijo mientras terminaba de ponerse sus pantalones y le lanzaba su camisa a Varian. – Mi padre va a matarnos.

- Cassie ya vamos tarde y es peligroso galopar sin luz, creo que lo mejor es que regresemos a la cama volvamos hacerlo una vez más y esto será un problema para mañana. – Opino mientras se paraba detrás de ella con intenciones de quitarle nuevamente los pantalones.

- Varian hablo enserio, nos vamos ahora, conozco perfectamente el terreno y prefiero llegar unas horas tarde que una noche completa. – Dijo empujándolo levemente mientras se volvía a poner el corsé.

El maldijo en voz baja mientras buscaba su ropa. Ni siquiera entendía porque le estaba haciendo tanto caso a lo que dijo su padre, ella ya no era responsabilidad del capitán su cuidado, ahora era su mujer, pero no ganaba nada con pelear en ese momento con ella.

Llegaron rápidamente al castillo, Cassandra ignoro el dolor de su pelvis mientras galopaba a toda velocidad, no debió dejarse llevar tanto o al menos no haberlo hecho tantas veces con tanta fuerza...

- ¡Hija! – Grito al verla el Capitán. – Estaba a punto de enviar a un grupo de búsqueda. – Señalo a un pequeño grupo de guardias. - ¿Por qué demoraron tanto?

Cassandra abrió la boca sin saber que decir, no podía decir la verdad, pero tampoco se le ocurría una mentira creíble.

- Fue mi culpa, suegrito. – Dijo Varian mientras pasaba su brazo por los hombros de Cassandra para acercarla a él ganándose una mirada de odio de parte del hombre mayor. – Cassie, me llevo a mi antigua aldea, donde aún descansa mi padre y han sido casi 6 años que no lo sentía tan cerca como hoy, fue volver a mi hogar. Puede que haya pasado prácticamente todo ese tiempo en la cárcel, pero había mucho en que ponerme al día con él. Y ella en su bondad me dejo desahogarme y hablar con mi padre a mis anchas. Pido disculpa en nombre de los 2 por la preocupación.

El capitán miro a su hija en busca de una confirmación, y esta asintió levemente.

- Esta bien, pero a la próxima agradecería que por lo menos me mandes una carta con Búho para no preocuparme. – Pidió.

- De lo por hecho, suegro. – Asintió Varian con una sonrisa. – Ahora si nos disculpan mi esposa y yo estamos cansados y solo queremos ir a dormir.

Una vez ya en la habitación Cassandra dejar salir un suspiro. Aquello estuvo cerca.

- Me debes una. – Dijo Varian mientras la abrazaba por detrás. – Y quiero que me la pagues. – Afirmó mientras comenzaba a besarle el cuello.

- Lo hicimos 4 veces hace solo unas horas ¿No te cansas? – Pregunto sintiendo como las manos de su esposo vagaban por su abdomen. – Ya me duele la pelvis.

- No es mi culpa que te guste tan duro. – Se rio mientras la quitaba nuevamente la pechera de cuero. - ¿Qué dices? Me pagas ahora o mañana, solo debo advertirte que los interesen aumentan a cada hora.

- Esta bien, solo una más... - Acepto al sentir la erección contra su trasero.

- Si quieres puedo ser más gentil. – Ofreció mientras sus manos se colaban por debajo de la blusa disfrutando del calor del cuerpo de su mujer.

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