Batallo entre si debo o no llamarle a la policía, lo único que cruza por mi mente es comunicarme con Alessandro para que nos ayude a que esta mujer se nos quite de encima y no le pase siquiera por la cabeza volver a lastimarlo más. No sé cuán peligrosos son sus episodios y eso es aterrador.
Algunos pasos se escuchan dentro de la primera planta, no sé si fueron nuestros gritos o de verdad existe la telepatía, ya que su hermano junto con otro chico aparecen peldaños abajo.
—¡Se resbaló y se cayó!
Comienza a explicar presurosa cuando el mayor la aparta de nuestro alcance con precaución y hasta cierto punto protector.
—Me resbalé —Responde entre balbuceos Isaí—, creo que mi torpeza es entendible en sitios desconocidos para mí. Alessandro lleva a Miranda a qué se calme, se asustó mucho.
Quedo boquiabierta al escucharlo, al caer en cuenta de aquella complicidad tóxica entre ellos dos y que su sometimiento es peor de lo que imaginaba. Sí giran en torno a ella.
—Yo vi cuando te empujó, ¿De verdad Isaí? ¿Si no lo hubiese visto me habrías dicho que te caíste?
—Lo siento Jolie, creo que viste mal, yo me resbalé —asegura firme.
—Algo no está bien con tu hermana. Entiendo que la defiendan, pero su libertad no vale más que tu vida Isaí.
—Tranquila Hasson, mi hermano está bien —Insiste el mayor mirándome mordaz, haciéndome caer en cuenta que esta familia si es capaz de silenciar a quien sea por cual sea de ellos tres—. Ahora, evitemos alargar más...
—¡Los tres están locos! —Grito interrumpiendolo con frustración—. Apenas puedo creer que tú también evadas lo que está pasando.
—Jolie ven, por favor
Me pide Isaí aún sentado en el escalón. Lo ayudo a levantarse observando que se lastimó la mejilla, el antebrazo y tiene una enorme marca roja sobre la rodilla.
—Consígueme un botiquín de emergencias, por favor.
Le pido al empleado de la hacienda que subió junto a Aless.
—En seguida señorita.
—Estaremos en el segundo piso, suba cuando lo tenga, por favor —le informo sin dedicarle una sola mirada a los otros dos hermanos.
Hago que Is termine de subir al segundo piso y se adentre conmigo al baño. Ahí lo ayudo a sentarse en uno de los muebles junto al lavabo para que se despoje de las prendas que solo estorban para aliviar sus heridas. No digo nada hasta que escucho que ha regresado el empleado con el botiquín. Regreso sacando las gasas y el agua oxigenada para comenzar a limpiar los golpes.
—Sé que estás molesta, pero ponte en mi lugar.
—En tu lugar no me haría quedar como una mentirosa, y es lo que estás haciendo.
—Alessandro sabe bien cómo está el asunto con Miranda, ambos sabemos que dices la verdad, ¿qué ganamos con aumentar la culpa de algo que ni ella puede controlar?
—No es sano que justifiquen así sus acciones, hoy fuiste tú, mañana puede lastimar a alguien más —Él solo resopla abatido recostándose de la pared mientras me hinco a limpiar su rodilla—. ¿Por qué discutían?
—Le dije que renunciaré a mi puesto porque ya no quiero la lástima de nuestra familia y por alguna razón ella cree que esa decisión tuvo que ver contigo, una cosa llevó a la otra y creo que escuchaste el resto —Escudriño si habla en serio o solo es impulsivo con esa decisión—. Buscaré un nuevo empleo, ¿qué opinas?
ESTÁS LEYENDO
A segunda vista [L #1] - Último Otoño
RomanceHoy volví a soñarte, tenías esa perfecta sonrisa contra mis labios, pude ver el brillo de tus ojos reflejados en los míos, sentí el calor de tu piel al ras de la mía, sentí mi amor crecer, sentí tu necesidad de mí, escuché tus palabras y soñé despie...