Capítulo 22; A prueba VII

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Siento presión en el pecho, también como si mis pulmones se estuviesen comprimiendo y mi estómago achicando, duele, no sé exactamente dónde, pero duele.

—¿Y aprobé? ¿Pasé la prueba? —reprocho con la voz por apagarse.

Isaí se sobresalta a intentar llegar a mí, pero no logro quedarme quieta con todas mis emociones colisionando como para permitirlo, mi ansiedad se dispara con esa gota que le faltaba para derramarse, después de algunos segundos son los brazos de Abi los que me hacen aterrizar en un punto fijo.

—Jolie no fue una prueba, solo quería demostrarle que se equivoca, que eres mejor de lo que todos en mi familia piensan, que vale la pena amarte como te amo, así sin razón, sin tiempo, solo por todo lo que me ocasionas cuando estás cerca.

—¡Felicidades a ambos! Probaste que tienes una asistente muy fiel y una exnovia que te amaba mucho. Porque si te amaba mucho, más de lo que cualquier persona hubiese podido en tan poco tiempo.

Ni siquiera espero su respuesta, su rostro se descompone al igual que mi mundo y no digo más, no quiero llorar, no quiero sentir que me estoy doblegando ante una pared, que me doblo de dolor y no importa. Es Abi quien me saca de ahí en trance, no sé cómo llegamos al pasillo y me tiendo sobre su hombro sin lograr darle explicación.

—Explícame que acabo de presenciar —inquiere asombrada.

—Terminé con Isaí.

—¿Cómo?

—Terminamos.

Me quito el tonto gafete que dice mi puesto y me desago de la coleta alta dejando mi cabello libre, tanteando despejarme rumbo al elevador, tocó el botón con desespero, los segundos parecen volverse eternos mientras la numeración digital cambia en el tablero.

—¡Jolie!

Alessandro quien parece perseguirme nos alcanza justo antes de que abran las puertas.

—No quiero hablar con ustedes —dejo claro.

—No mezcles tus asuntos amorosos con los profesionales, mi ensayo y mi evento siguen en pie.

—¡En serio así de cabeza dura eres! —Reclama mi amiga metiéndose entre ambos—. Te admiro, pero no puedo creer que sean tan malditos los dos, tu hermano le acaba de romper el corazón a mi amiga y solo te importa tu estúpida pasarela.

—Está bien Abi, él tiene razón, no es culpa del resto, ni siquiera soy una pieza importante aquí —Excuso cancelado mi huida—. Dame diez minutos Livingstone.

—Que agallas —Murmura el chico denotando refrescante interés hacía Abi. Mi mirada pasea entre la seguridad de ambos manteniéndose firmes en su riña visual, yo no podría mantenerle la mirada sin flaquear—. Tú también deberías ir al set, nos esperan para la prueba de vestuarios Collins.

—Ahora te alcanzamos Alessandro —Contengo a mi fiera pues lo mira alejarse con las mejillas encendidas a punto de írsele encima—. No dejes que mis problemas arruinen tu oportunidad de brillar ante las cámaras.

—No quiero ninguna oportunidad que te lastime, si no quieres estar aquí nos vamos ambas.

—Por mí no te preocupes, este es el punto donde me duele todo y ya no siento nada. De tan mal que estoy me siento bien porque ya no puedo estar peor.

—Odio a esos prepotentes, ni siquiera están buscándote. ¡No lo veo intentando ir tras de ti, se quedó como si nada!

Lo sé. De él quererlo hallaría la manera de encontrarme tronando los dedos. Ya ha pasado la reunión con Valerie, ya no le sirvo de nada.

A segunda vista [L #1] - Último Otoño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora