A segunda vista [L #1] - Último Otoño

Capítulo 10; Retroceso -VII

Hola amixs.
Reto logrado 💖
Gracias por ayudarme a llegar al 1k tan pronto, los amito, muy pronto otro capítulo.

Editaré un poquito los capítulos, espero actualizar antes del sábado.

Si les gustó dejen su votito o aún mejor su opinión, me ayudan mucho, gracias gracias
.....

Agradezco que la presentación solo haya sido un par de horas y pudiésemos regresar a casa de Livingstone, los tacones me estaban matando.

Al entrar me arrojo al sofá a punto de desfallecer. Miranda regresó con nosotro dos y le causa gracia ver mi agonía con esos tacones del demonio que ella domina a la perfección. En mi drama tomo mi celular y noto que no son ni siquiera las seis de la tarde y ya me muero por dormir, revisando la hora me encuentro con el mensaje de Daen.

«¿Si nos veremos a las siete en mi casa?»

¡Lo había olvidado!

Me incorporo rápido para ir directo al baño pues no aguanto las ganas de hacer pipi y quitarme el hermoso, pero estorboso vestido que Isaí eligió para mí.

Me cambio y bajo pensando cómo escapar, no quiero realmente; Anhelo estar a solas y me cuente cuanto me buscó, ¿Que quería de mí? ¿Y hacia dónde lo habría llevado de yo haber regresado al día siguiente? Tal vez a prisión porque era menor de edad en ese momento.

Volviendo al otro tema, a decir verdad, no es de mi agrado estar cerca de la casa de Daen, mucho menos dentro. Vamos, sé que todo eso ya tiene algunos años, pero no es fácil, jamás lo será.

En la planta baja noto que ahí continúan conversando Isaí y Miranda sobre el éxito de la nueva línea de ropa que lanzó la agencia esta semana y los aciertos económicos de las decisiones de él.

—Volveré en un rato —los interrumpo un momento—, quedé de verme con Daen, prometo regresar temprano señor Livingstone.

—Quién fuese tú para decir como si nada que te veras con el capitán de fútbol —me dice la chica.

Tal vez el problema con Miranda es que enaltece mucho a las personas, crea una enorme barrera y al final solo son simples humanos agrandados en su mente.

—A decir verdad solo me veré con mi mejor amigo, ¿vienes?

—No, no, como crees —En un instante se sonroja y entorpece sus movimientos—. Yo me quedaré con mi hermano mientras vuelves.

—Dile a David que te lleve —ofrece Isaí.

Sí, intentando disimular su molestia desde el instante que escuchó el nombre de Daen.

—Gracias —le devuelvo sin acercarme.

Así el traslado fue silencioso y, demasiado rápido. Con David acuerdo que me recoja a las nueve, no puedo llegar a la hora que se me dé la gana en casa ajena. Sin más toqué el timbre y esperé a que alguien abriera, aunque no fue Daen precisamente quien lo hizo.

—Buenos días, señora —Mis piernas tiemblan al escuchar a Beatriz llamarme así.

—Solo soy Jolie —respondo forzando una sonrisa cohibida, ¿lo hará a propósito?—, ¿están los señores?

Niega sin perderme de vista. La nostalgia y lástima se refleja en sus ojos por lo que le corto vuelta adentrandome sin más.

—No importa, subiré a ver a Daen.

Pésima idea, atravieso la primera planta casi con los ojos cerrados. Un horrible asco me invade en el segundo piso, el aire que entra a mis pulmones huele a putrefacción, sé que la casa está impecable y ese hedor está en mis adentros.