Capítulo 4. Recuerdos.

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Tomé la mano de Scott dándole un apretón, hasta que escuché una voz a mis espaldas.

- ¿Dónde está?

Isaac. Había despertado.

Giré mi cabeza para mirarlo. Estaba sentado en la mesa. Tenía mejor aspecto, pero se veía alerta. Nervioso.

- ¿Dónde está quién? - Dijo Derek desde su lugar. Yo caminé hasta la mesa.

- ¿Dónde está la chica?

La chica. El hospital. Mierda. La olvidé por completo. Isaac notó mi rostro culpable.

- ¿Angeles?

- La perdimos. - Negué preocupada y apretando su mano.

Si el Alfa en el hospital fue a por Isaac, ¿Quién dice que no fueron tras la chica?

...

Cuando finalmente Derek se deshizo de Scott y Stiles, nos llevó a mi y a Isaac a su nuevo lugar seguro.

Se trataba de un último piso en un edificio hacia la zona industrial de la ciudad. Derek y Peter lo habían conseguido a pesar del precio. A pesar de los años que Peter permaneció en coma, nunca perdió su capital. Miré asombrada todo el loft. Era espacioso, sencillo. Me gustaba.

- Es precioso, Derek.

El Alfa me sonrió un poco. Pero Isaac no tardó en tirar de mi hacia lo que según él, era su habitación. La estancia era lo suficientemente grande. Una cama doble, un armario con sus pertenencias. Una mesa llena de libros, algo de ropa regada por aquí y por allá. Me sentía aliviada de saber que habían salido de un lugar tan precario como la estación abandonada.

Ambos nos sentamos en su cama. Creo que la presión que pasamos hasta ese momento no desapareció hasta que los dos suspiramos totalmente. Como desinflándonos. Nos quedamos un rato en silencio. Él me miraba, pero yo solo paseaba mi vista por su cuerpo. Buscando algo raro. Alguna molestia, marca, algo que le haya hecho el alfa en el hospital al momento en que me di la vuelta.

- ¿Cómo están tus heridas? - Susurré.

- Están bien. Gracias. - Acarició mi cabello. - ¿Te enfrentaste a la mujer? ¿En el hospital?

- ¿Mujer? - Fruncí el ceño.

Entonces empezamos a ponernos al día. A Isaac lo salvó una chica, pero no recuerda nada de antes de eso. La chica le dijo que los Alfas habían robado sus recuerdos de su paradero. Significa que los encontró.

Ambos huyeron en la moto de la chica, pero dos figuras los siguieron. Los gemelos. Los mismos que ahora estaban en la escuela.

Estando en el hospital se encontró con otra. Una mujer. Alta y con cuerpo elegante, como una gata. Cabello marron y piel oscura. Isaac describió que se dejaba las garras largas, demasiado hasta para un lobo. Incluso las de los pies. La muy perra se la pasaba descalza.

Cuando Melissa y yo le dimos la espalda, la alfa aprovechó y sedó a Isaac. Es todo lo que recuerda.

Entonces pasé a hablarle de nuestra llegada a Beacon Hills. El ciervo, lo que había pasado con los pájaros, el Alfa que nos encontramos en el hospital.

Los gemelos. La mujer y el hombre.

- Son cuatro. - Susurró. Ambos estábamos acostados, mirando al techo.

- Cinco con Deucalion. Aún no lo hemos visto.

- No es que me haga mucha ilusión. - Se apoyó en un codo y me miró con esos ojos azules hermosos. - ¿Como sabes que al que vimos no es Deucalion?

a toxic finale [lahey] a toxic saga³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora