Oh Dios
No encuentro nada más excitante que me supliques por más con tus piernas abiertas y temblando mientras mantienes tu trasero en alto para mi a la vez que con mi lengua y con mis dedos torturó tu rosadita y apretaba entrada para poder lubricarte y sólo hacerte llegar a la primera con estos.
Donde luego meto mi gran y dura polla para poder tocar tu punto mientras tus calientes y apretadas paredes de carne devoran mi polla por cada rápida embestida que doy en ti y te hago llegar a un segundo orgasmo que te haga gritar tan alto de placer que hasta los vecinos vengan a reclamar por el ruido que hacemos pero eso no me importa y sigo destrozandote y haciéndote un lío de gemidos por cada vez que cambiamos de pocision, sea en la cama que la hacemos rechinar o cuanto te empotró contra la pared sujentandome de tus muslos escuchando el sonido de nuestras pieles sudorosas al chocar.
