CAPITULO 14

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Lauren:

Mi corazón latía tan rápido que tenía que se soltara y saliera de mi pecho.

Menos de dos minutos.

Tomé a Camila cargándola en mi hombro y corrí hacia la carpa.

-Quédate aquí! - le pedí mientras me cambiaba a prisa. Me coloque el peto y la pesada armadura. - Qué crees que estas haciendo?!!

Grite horrorizada al ver que se había puesto una armadura similar a la mía, pero echa a su medida.

-Voy a ir contigo.

-Estas loca - Coloque mi cinturón en donde llevaba las dagas y Camila tomó su espada - Por favor Camz. Me da miedo que esté afuera

-Y a mi me da miedo estar aquí sin ti. - abrí los ojos registrando sus palabras. - Me enseñaste a pelear - Mi mente iba a mil por hora - Estamos perdiendo tiempo.

Tomé su mano y corrimos afuera de la carpa. Mis hombres ya se movilizaban todos armados y preparados. Llegué a donde mi carruaje estaba, Normani sorprendida a mi lado al ver a Camila.

-Alteza. - Trató de razonar, negué con una pequeña sonrisa.

-A la reina de Egipto no se le niega nada. Si algo sale mal vas a tomar a Camila y llevarla hacía Siwa.

-Lo haré, alteza. - Mire a Camila que asintió.

Saque mi espada y la eleve.-Sujétate. - Le indique a Camila y me gire un momento, escaneando la larga primer fila de mi ejército. De frente a nosotros podía ver venir a los romanos. Seguían siendo menos que nosotros y por su tardanza en llegar podía saber que estaban débiles, pero tenían un corazón. 

- Por Egipto!

-Por Egipto!

-Por la vida! - grite mirando a Camz. Sacó su espada y la elevó repitiendo mis palabras.

Podía estar más orgullosa de la esposa que la vida y los dioses me habían dado?

Una compañera fiel y leal. En la salud y la enfermedad. En la guerra, en la eternidad.

Azote las riendas de los caballos y salieron a todo galope, encontrando de frente a los romanos qué incluso comenzaron a dispersarse sin sentido y eso  me confundió.

En una reacción instantánea lleve la rienda hacia la derecha obligando a qué todo mi batallón me siguiera. Aquel choque fue impresionante, de pronto solo podía mirar cuerpos en la arena y a Camila a mi lado.

Mantuve las riendas en una mano y con la otra mi espada encargada de degollar y atravesar a cualquier cuerpo que estuviera en mi camino. Escuchaba los gritos y los choques de las espadas.-

Sujeta la rienda amor, todo derecho - Camila asintió y tomo el mando, tomé el arco y las flechas cuidando no tocar la punta ya que estaban envenenadas. Puse 3 de ellas en el hilo y las lance al aire, inmediatamente otras 3 y 3 más . Y más, cada tiro iba destinado a matar de inmediato. Una lluvia de flechas salió después de mis tiros, Camila había empezado a surcar el desierto con el carruaje, haciendo más fácil esquivar a los enemigos. Me detuve un momento y la miré, no pude evitar sonreír. Besé su mejilla - Serenos recordadas como unas locas enamoradas que pelearon en el campo?

-Seguro que si. - Camila sonrió y regresó la mirada al frente, en un segundo levantó el brazo elevando mi pesado escudo y parpadee al ver que una flecha había sido detenida en el escudo.- Tu me cuidas, yo te cuido.

Te amo. - saqué la espada y derribe a los enemigos cercanos. Tomé el galón de brea y lo volqué en el costado del carruaje - En círculo amor.

 Camila asintió y dirigió el carruaje en un pequeño círculo. Salimos de él y encendíaquella flecha especial, la lance y en menos de 15 segundos una llamarada enorme de levantó dejando a una cantidad de romanos en el centro de aquel aro gigante de fuego.

Mi mujer tomó la rienda en una sola mano y sacó su espada y como yo, se dedico a derribar romanos. Mientras que yo seguía lanzando flechas sin parar.

De pronto note que habíamos seguido dando vueltas entre cadáveres. Algunos romanos se arrastraban moribundos y otros pocos corrían por el desierto en donde seguramente pronto morirían.

-Terminó. - me dijo Camila y asentí mirando aquel paisaje de sangre y muerte. Me tomó de las mejillas y me beso - terminó amor.

-Si. Si Camz!!- la eleve entre mis brazos y nos quedamos abrazadas por mucho tiempo, revise que no tuviera herida, no tenía anda, ni siquiera estaba sucia. Respire aliviada y junte nuestras frentes - Fuiste muy valiente. Eres una reina por naturaleza- me coloque de rodillas delante de ella y le ofrecí mi espada - Mi reino es tuyo, siempre lo será. Después de mi muerte tu serás la faraona

-No. - Se negó a tomar la espada, bajo a ponerse de rodillas - Tu y yo vamos a vivir muchos años juntas, muchos. Cuando tu momento o mi momento de partir llegué lo haremos juntas.

-Qué quieres decir? - pregunté sin entender.

-Yo no voy a vivir sin ti, y tu no vivirás sin mi. Si una de las dos muere antes, la otra tomará esto - saco un pequeño frasco de entre sus ropas - Y nos iremos juntas.

-Se hará como tu órdenes Camz. - Me abrazo por el cuello y me lleno la boca de besos.

-Alteza - Me gire mirando a Normani que tenía en el suelo al capitán. Me levante ayudando a Camz y me coloque de frente a ellos - que haremos con el?

-Vamos a darle un mensaje a Roma. - Dijo Camila. Normani nos miró a ambas y yo asentí dejando que Camila hablara. - Córtale la lengua y los dedos pulgares y meñique de las manos. De esa manera no podrá contarles sobre nosotros. Carga sus barcos con los cuerpos sin vida de sus soldados y mándalos a navegar. No importa si van a la deriva.

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Estamos en la mitad de la historia, y LA CANCION DE CAMILA que está en mi perfil también está en la mitad.

REINA DEL NILO CAMREN GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora