CAPITULO 8

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Camila:

-Ven baila conmigo - Dijo Lauren y yo negué atemorizada. - Ven bebé.

-No se bailar esto! - señale la pista en donde hombres y mujeres se movían tan hermoso. Lauren sonrió negando y se levantó tomando mi mano.

-Solo quiero estar contigo en el centro del baile, mi amor.

-Esta bien amor, tu ganas. Lo qué sea por ver esa sonrisa bonita que tienes - Le dije de forma melosa. Y deje que me llevara a la pista de baile.

Jamás podría bailar como ellos así qué al menos podía bailar de la única forma que una chica de 21 sabe. Le di la espalda a Lauren y me pegue a ella, la canción era muy sensual.

Lauren se quedó quieta y yo, sin dejar de moverme tome sus brazos e hice que los en rollara a mi cintura.

-Muévete conmigo... - Le pedí con el rostro hacia arriba para verla. Ella asintió - así bailamos en mi época.

Apretó el agarre en mi cintura, moviéndose poco a poco conmigo.

-Tu baile es raro, pero me gusta si puedo tenerte así de cerca - Susurro en mi oído y dirigió un beso a mi cuello.

-Te amo mucho Mi sexy faraona - Eche mi mano detrás de su cuello y la acaricie.

-Y yo a ti amor, amor de mi vida.

Bailamos un poco más y luego estuvimos con algunos invitados. Lauren en todo momento me tuvo abrazada por la cintura, renuente a soltarme y yo amaba tenerla así. Sentirla tan cerca.

Regresamos a nuestra mesa y me acurreque contra Lauren, besando su cuello y tocandola lo más que podía. Mis besos pasaron a ser succiones. Con vacilación lleve la mano a su pierna y la acaricie sobre la tela, llevando la mano un poco más arriba y luego hacia abajo, cerca de su pene.

Lauren me miró unos segundos.

-Ya es nuestra luna... - Susurre, ella asintió lento.

-Estas lista, bebé? - preguntó acariciando mi cintura con una mano y la otra tocaba mi rostro con esa adoración que me derretia

-Para ti siempre.

Nos despedimos de algunas personas y Lauren casi corrió conmigo en brazos por todo el palacio y hacia nuestra habitación.

Me bajó al cruzar el umbral de nuestra puerta. Camine hacia atrás y Lauren se quedó contra la puerta, mis manos lentas pero seguras fueron al broche que mantenía al vestido en mi cuerpo, lo encontré y lo solté en un movimiento ágil, quedando con los pecho al aire ante los ojos hambrientos y cálidos de Lauren.

Llevaba una pequeña braga de seda que había confeccionado yo misma con ayuda de Ally, le había parecido novedosa mi idea y dijo que podía hacer varias y venderlas.

REINA DEL NILO CAMREN GIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora