La forma en que habÃa llegado al antiguo Egipto. Y sobre todo la adoración con la que Lauren me trataba. Era surreal.
Cuando me desnudo, el poder de sus ojos me hacÃa sentir pequeña y deseada, veÃa esa llama de pasión en ellos, me querÃa comer con los ojos. Sus manos tocando en mis lugares más Ãntimos y como jugó con mi sexo.
Me habÃa repetido que nos Ãbamos a casar y que serÃa su mujer. Y yo habÃa entendido que harÃamos el amor y la idea no me desagradaba. Menos al verla tan guapa y fuerte, su cara parecÃa estar enojada todo el tiempo, imponÃa respeto pero conmigo era tan linda.
Me alimentaba en la boca y querÃa tocarme todo el tiempo.
Esa noche dormà en su cama, entre sus brazos.
Me abrazo toda la noche y cuando tuvo que irse por la mañana a hacer sus cosas de faraona, renego al tener que dejarme. La observe vestirse, lo guapa que era.
Cuando regresó para comer me llevó al comedor principal y me sentó en su pierna mientras ella hablaba sobre asuntos con sus regidores y consejeros.
-Es muy bonito.
-Este oasis no tenÃa nombre hasta hoy. Ahora se llama Camila. En tu honor mi amor.
- Besó mi mejilla y siguió abrazándome por detrás.
- Es tuyo. Aquà voy a construiruna esfinge sobre ti, para que todos los que viajen por el nilo sepan que tu eres la reina más hermosa e inteligente que Egipto ha tenido.
En 24 horas me habÃa vuelto adicta a ella. Me encantaba sentir sus brazos a mi alrededor.
-Gracias. Talle su mejilla y ella recostó el rostro, buscando más afectó asà que seguÃa cariciandola mientras desde la sombra que la servidumbre, con abanicos enormes de palma nos brindaba.
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