Se mi escapatoria, se mi lugar de paz en este infierno...
733 palabras
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En las noches oscuras y pobres de los suburbios, Minho se queja y protesta cuando su madre le pone seguro a su habitación y lo hace con el único fin de que su hijo no vuelva a meterse a defenderla, hace una semana él resulto muy golpeado luego de enfrentarse a su padre y no soportaría ver a su pequeño hombrecito así de nuevo, su marido llega hoy y no piensa repetir la experiencia.
Pero más allá de eso, también lo hace porque su marido amenazo con irse de la casa si no educaba a su hijo, y la única razón por la que lo soportaba era porque necesitaban comer.
Era consciente de que eran pobres con él, pero sin él no sabría qué hacer.
La señora Lee se borra las lágrimas por las suplicas de su hijo y camina a la cocina para servir la cena porque su esposo ya casi llega. Minho grita y trata de buscar la manera de abrir la puerta, pero es inútil.
Las paredes del edificio de cuarta son lo suficientemente delgadas y juntas que todos pueden escuchar los gemidos de una prostituta provenientes del departamento 64, mas allá no se escucha nada más.
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Al cabo de veinte minutos sabe que su padre ya llego gracias al sonido de la puerta, todo se escucha normal hasta las ocho en punto. El sonido de una puerta azotándose y luego una infinidad de insultos se extienden junto a sollozos llenos de pánico, luego le sigue otra puerta y golpes a la madera, Minho cierra los ojos al caer en cuenta.
Su vecino borracho acaba de llegar.
El departamento de alado se sume en lloriqueos y el sonido de puños golpeando la madera, cristales rompiéndose y más lloriqueos, siempre es lo mismo, cada maldito día y todos deberían estar acostumbrados, pero él no puede, con furia aprieta los puños y da vueltas de un lado a otro en su pequeña pieza
“¡sal maldito marica o voy a ir por ti y te ira peor!”
Según lo que él sabe, su vecino se la pasa trabajando de seis de la mañana a seis de la tarde, pero siempre llega a las ocho porque se la pasa bebiendo en un bar de camino a casa, su esposa lo dejo por eso...
Tiene un bonito hijo un año menor que el, se llama Changbin y casi no habla, aunque todos dicen que es gay.
Casi siempre puede ver al niño con prendas grandes y su cuerpo es muy delgado, muchos lo molestan, pero Minho no puede meterse, nunca lo hace porque su deber es ir a la escuela a estudiar y aunque nunca puede concentrarse, siempre intenta hacerlo.
Ahora en estos instantes puede escucharlo llorar y aunque trata de ocultar lo mucho que le afecta escucharlo no puede porque él también tiene un nudo en la garganta, se muerde los labios y agarra impulso para salir al balcón.
A estas horas el clima es frio y le choca en el rostro con fuerza; es crudo y muy helado.
Mira al departamento continuo donde descubrió el escondite del pequeño Seo Changbin, pero lo encuentra recargado sobre la barra y él lo mira encogiéndose de vergüenza, las lágrimas fluyen por sus mejillas, su labio está sangrando, el pelinegro desvía la vista con miedo que le hace saltar en su lugar cuando el ruido de la puerta vuelve a ser insistente, lo ve perder la compostura cuando se agacha y llora.
Minho sabe por los golpes que la puerta no va durar así que toma valor intentando tomar la mano del muchacho, llamando su atención, solo basta que sus miradas se encuentren para hacer que el niño se levante y tome su mano, las palabras no son necesarias, saben que va a ser difícil, pero Minho sostiene su mano y lo ayuda a cruzar de balcón a balcón. El aire es más frio y casi resbala, pero solo basto un jalón para subirlo.
- ¿duele? – pregunta cuando lo tiene cerca, acariando el feo hematoma de su cuello
- N-no mucho – susurra el más pequeño, tranquilizando sus temblores
No les alcanza tiempo para hablar cuando escuchan golpes y los gritos de la señora Lee, Minho y Changbin se abrazan en la esquina de la habitación mientras sus corazones se consuelan con tristeza…
