Permanezco sentado en ese viejo sillón, la luz encima de mi cabeza parpadea, hay algunos ruidos de interferencia mientras parpadeo y dejó mi cabeza caer hacia atrás para mirar la bombilla amarilla que continúa parpadeando.
Mi mente está hecha un garabato, pero aún entre tantas cosas puede ver su sonrisa, esa que no pasa a menudo.
Hay una notificación entrante en mi teléfono pero no interrumpo mi postura hasta que la luz me marea.
"Nos vemos donde siempre, a las cuatro."
Sé que ese mensaje iba a llegar, lo vengo esperando desde hace un mes. Pero ahora no tengo ganas de levantarme, me terminó sintiendo el alfa más patético del mundo y llevo mis manos a mi cabello para sostenerlos con fuerza.
Esto empieza cuando hace dos años conocí a seo changbin, el omega más precioso y hostil del mundo.
Changbin no era como los demás omegas que se la pasaban suspirando por cualquier alfa, arreglándose para destacar y ruborizadose por cualquier cumplido, changbin era duro, odiaba a los alfas que se querian pasar de listos con él.
Tomo fama del omega indomable cuando delante de todo el mundo se atrevió a abofetear a Bang Chan, uno de los alfas más respetados por todo el pueblo.
Yo solo era un simple alfa que cursaba la preparatoria, tenía una vida bastante liviana e ir a la escuela era lo único que me distraía, no me interesaba mucho cortejar a ningún omega y por eso no le ví el problema cuando el mismísimo changbin me ofreció pasarme su celo con él.
El pelinegro que gritaba a los cuatro vientos que no necesitaba ningún alfa imbécil, guardaba como secreto que se entretenía en sus celos con el alfa más desapercibido del pueblo.
Yo, Lee Minho, seguí siendo su secreto.
Al principio pensé que era divertido; no tenía que esforzarme para cortejar a nadie, no tenía que fingir sentimientos de por medio, solo satisfacer mis necesidades.
Changbin hizo un par de reglas y acuerdos que plasmó en una hoja donde me hizo firmar, no tuvo mucho valor legal, solo fue para dejarme las cosas en claro.
Uno; queda prohibido decirle a alguien del acuerdo.
Yo era bueno en respetar decisiones, si el quería mantenerlo en secreto, yo cómodamente aceptaba ser su secreto.
Las veces que compartimos cama ya no puedo contarlas, el me buscaba cuando su celo empezará o cuando se le antojara saciarse las ganas.
No le gustaba mucho los besos, o al menos eso decía, solo para que no me diera cuenta que con uno de mis besos podía derretirse.
Oh, ese también fue una regla, la cinco. No compartir besos, aunque esa la he desobecido un par de veces.
Changbin, changbin.
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𖥨 Bunny line ִֶָ Minbin 🐰
FanfictionStray kids ∙── ∙ 🌈 ∙ ──∙ Changbin Bottom Minho Top