naruto: de la oscuridad (traducción)

capítulo 72 la batalla de nabbo 17

GRS 3: 5

El virrey Nute Gunray sintió que estaba teniendo ... un día.

No, no se puede llamar un buen día. Ser incapaz de descansar mientras trataba de no pensar en cómo el Señor Rojo venía por él no lo ayudó a descansar. Y la idea de que el Lord Sith había enviado a su aprendiz a "vigilarlo" a poca distancia ciertamente no ayudaba a su nivel de comodidad. Pero claro, el conocimiento de varios millones de droides de batalla lo era y le permitía sentir que tenía el control. Theed era suyo, y pronto podría llevar la paz al Borde Exterior con lo nuevo de lo que se ocupaba el Señor Rojo.

Sin embargo, su mente estaba preocupada. Estaba seguro de que el ser debería haber aparecido antes, para confrontarlos y atacarlos preventivamente. De hecho, según los informes de guerra, a menudo advertía a los Yam'rii que se rindieran, y luego, tan pronto como se le negaba, mientras seguía hablando con los Yam'rii, les decía a su gente que la paz había sido negada cuando un enjambre de guerreros repentinamente. se apresuraría y destruiría la instalación. Honestamente, la única razón por la que no se había preocupado era porque parecían estar en el barco de la Reina.

Sin embargo, poco antes había escuchado que había una posible nave que había entrado en el espacio de Naboo. No sabía cuál, y no sabía qué, pero sí sabía que no quería tener nada que ver con eso. Sus defensas estaban altas y se sentía seguro de sí mismo en su posición.

Hasta que su comunicador se apagó.

[¡Señor!]

"¿Qué pasa capitán?" Preguntó, sorprendido por lo tranquila que sonaba su voz. ¿No estaba temblando de preocupación porque el Señor Rojo había pirateado sus comunicaciones? No, no, no podría haberlo hecho. Eso sería demasiado rápido. "¿Has recibido noticias de que el Señor Rojo ha sido descubierto?"

[No señor, pero se ha detectado un contingente de rebeldes en el Sector D.]

Suspiró, aliviado al escuchar que solo eran rebeldes, y no el Señor Rojo. Rebeldes con los que podía lidiar. "Tómalos prisioneros y ponlos bajo la mayor seguridad posible".

[Sí señor.]

Se reclinó y miró a su alrededor con una sonrisa alegre y despreocupada. El salón del trono de la reina era un lugar tranquilo, con pinturas y adornos que, sinceramente, encajaban bastante. Debería conseguir algo similar, o simplemente tener esto configurado como una fortaleza desde la que podría operar más tarde. Si sobrevivió, por supuesto.

Eso trajo un ensombrecimiento inmediato a su estado de ánimo. ¿Con qué lo mataría el Señor Rojo? Esa horrible aura roja nunca había sido analizada, y nadie estaba seguro de lo que podía hacer. Sin embargo, el Yam'rii había gritado que era un monstruo, un demonio, una criatura de los pozos más profundos que había nacido de la maldad de todos los dioses existentes. Era tan grande como terrible, y la forma que tenían ante ellos había sido simplemente su avatar, dando una advertencia mientras barría la tierra. No, no solo el avatar, el profeta. Los Yam'rii habían preferido el nombre de Blood Prophet desde el principio, pero habían adoptado Blood King ya que preferían la idea de que luchaban contra un ser de carne y hueso, en lugar de un ser al que no podían dañar ni matar.

No, tenía que poder matarlo. Y si no podía serlo, entonces ese sería el problema de los Sith.

[Señor, perdimos la transmisión].