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Estas embarazada. Todo parecía tan irreal, ella sabía que en el mundo sobrenatural siempre pueden pasar todo tipo de cosas. Pero ahora le decían que sería madre y que en su vientre cargaba con el hijo de uno de los vampiros más poderosos y temidos del mundo. Siempre se había burlado de Caroline y la historia de cómo se embarazo, pero parecía que ahora seria de ella quien se burlaran.
A pesar de todos esos pensamientos también estaba asustada, nunca se preparó para ser madre. Ni siquiera sabía cómo es que termino así considerando que tanto Elijah como ella eran vampiros. Su hijo era de Elijah pues no había estado con nadie más, aun así, el miedo que recorrió su cuerpo era inmenso.
—¿Qué? —repitió nuevamente tratando de recobrar el aliento—Si es una broma Freya déjame decirte que es de muy mal gusto.
—No es ninguna broma. Realmente estas embarazada.
Nuevamente esa palabras hacia temblar todo su cuerpo. Comenzó a negar rápidamente con la cabeza por unos minutos hasta que llevo sus manos a su vientre y lo acaricio solo para terminar llorando. Katya era un mar de nervios que incluso Freya no podía controlar.
—¿Cómo es posible? Digo tu hermano es un vampiro y yo también lo soy—volvió a negar con la cabeza mientras más lagrimas recorrían sus mejillas—Tengo miedo.
Esas simples palabras hicieron que el corazón de la bruja Mikaelson se contrajera. Ella sabía lo que era tener una vida creciendo dentro de ella y tuvo miedo ya que al final se le fue arrebatado. Tomo a Katya entre sus brazos y trato de consolarla mientras esta seguía sollozando.
Pero Freya sabía que debajo de toda esas lagrimas había felicidad o al menos eso le gustaba creer pues la ojiazul siempre fue amable a su manera con las personas e incluso cuidaba a los hijos de sus vecinos. Siempre cargaba una dulce mirada y no podía culpar a su hermano si declinaba su búsqueda de Danielle por quedarse y ver crecer el vientre de Katya.
—Debemos decirle a Elijah—por un momento vio la sorpresa en el rostro de Kiara como si hubiera olvidado que el padre de su hijo era él—Te prometo que encontrare respuestas, pero hasta entonces tienes que tranquilizarte y tomar esto con calma, ¿entendido?
Pero Katya seguía negando con la cabeza, le aterraba la reacción de Elijah pues no sabía que es lo que el noble Mikaelson haría, reaccionaria mal acaso. No importaba que ideas cruzaran por la cabeza de la mujer, pero tenía un absoluto miedo por lo que podría llegar a pasar.
—¿Crees que la idea le agrade? —cuestiono pues si había una diminuta posibilidad de que Elijah no la asesinara lo consideraría una victoria.
—Mi hermano siempre ha querido ser padre. El mundo y la magia funcionan de manera misteriosa, pero déjame asegurarte que mientras esta familia este unida a ese bebé que crece dentro de ti nunca le faltara amor.
Al parecer esas palabras lograron tranquilizar el ya acelerado corazón de la vampiresa —Gracias por tus palabras Freya.
—No te muevas de aquí. Iré por mi hermano—la rubia se levantó y solo cuando la vampiresa asintió salió de la habitación en busca de su hermano el noble Mikaelson.
