Capítulo 11.

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Habían pasado varios días desde que Elijah y Katya emprendieron su viaje por todo el mundo en búsqueda de los Strix, pero cada intento era frustrado pues parecía ser que los vampiros a quienes quería interrogar preferían morir antes que hablar

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Habían pasado varios días desde que Elijah y Katya emprendieron su viaje por todo el mundo en búsqueda de los Strix, pero cada intento era frustrado pues parecía ser que los vampiros a quienes quería interrogar preferían morir antes que hablar. Las noticias que recibían de Nueva Orleans no eran menos preocupantes. Decenas de vampiros habían arribado a la ciudad intentando someter a los originales, pero sin existo.

Elijah y Madison hablaban todos los días y ciertamente su relación había mejorado drásticamente. Era el único momento en el que ambos podían escapar de la realidad que los torturaba, incluso el original la ponía al tanto de cómo iba la búsqueda de Danielle.

En cuanto a Elijah y Katya cada vez eran más cercanos, pero ambos mantenían la firme postura acerca de solo ser amigos, aun cuando la tensión que se lograba sentir entre ellos era inmensa. Elijah no quería traicionar el recuerdo y sus vivos sentimientos por Danielle y Katya no quería arruinar su amistad con Elijah enamorándose de él aun cuando creía que no sería correspondida.

—Esto es muy cansado—suspiro Katya sentada en la barra de un bar en la ciudad de Los Ángeles mientras Elijah estaba a su lado escuchándola quejarse—Digo, ¿qué tan difícil puede ser encontrar a un montón de vampiros elegantes? Porque parece más difícil de lo que suena—al ver que Elijah levanto la ceja juzgándola se apresuró a corregir—Claro que a ti te queda muy bien el traje.

Elijah sonrió en respuesta. Ciertamente al original le gustaba su compañía así el viaje no era nada aburrido, pero seguía con aquel pensamiento que lo carcomía desde días atrás. No podía negar que Katya no le atraía como mujer, era una mujer hermosa de eso no cabía duda, pero su corazón le pertenecía a Danielle y luchaba por no caer en la tentación de entrar entre las piernas de la ojiazul.

—Gracias por el cumplido, pero tienes razón—admitió frustrado—También pensé que sería sencillo encontrarlos. Desafortunadamente no, aun así, tengo la intención de encontrarla. Además, no me perdonaría dejando el roble blanco en posesión de esas personas.

—Sabes, para ser un vampiro original se ve que desprecias mucho a tu descendencia. Me gustaría saber por qué. Muchos dirían que odias a los vampiros.

El original no sabía si responder, pero confiaba de cierta manera en ella. No había razón de ocultarle coas y más aún cuando lo estaba ayudando a pesar de no estar obligada a hacerlo.

—Nunca quise ser un vampiro—confeso bebiendo su trago—Fui obligado a serlo por mis padres. La inmortalidad no fue hecha para nadie—hizo una pausa silenciosa y tortuosa—La sangre y la muerte los primeros años sino es que siglos fue abrumador. Llegue a controlar mi sed, sí, pero a que costo, la vida de miles de inocentes. Siempre me dije que las cosas que hice fue por el bien de mi familia, aunque la verdad es que la parte más oscura de mi ser disfruto arrebatando cada vida a través de los años. Supongo que con el paso del tiempo se hizo común y termine aceptando mi realidad siempre tratando de que mis hermanos no cayeran en su parte más perversa. Falle, pero logre controlar la mía y agradezco por ello porque a pesar de lo que digan las peores atrocidades que ha visto el mundo sobrenatural no fueron causadas por Kol o Niklaus. Fueron causadas por mí.

HUMAN, Elijah Mikaelson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora