50. El rango más alto

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Aedus

Todos vimos lo que Neira hizo, todos detectamos el aura que expandió en cuanto se atrevió a desafiar al Dios Oscuro. Había notado algo superior en ella, el poder que destiló sacudió al mundo. Y que él no hubiera ido en su contra delató su complicidad, ellos estaban unidos mediante un poder más fuerte.

Y eso lo comprobé cuando una vez más ese aura en ella despertó. Porque así como yo, ella había mantenido oculto ese aire que la evidenciaba como ser supremo: un ser superior al resto, incluso superior a mí.

Estuve consciente de lo que podría pasar cuando me acerqué hacia ellas, Charlotte no era peligrosa, la persona letal era Neira, su poder era mortal debido a que es veneno. Pero también tuve presente que no iba a salir vencido, después de tanto no me permitiría salir derrotado, estando tan cerca de mi objetivo, tan cerca de mi chica...

Neira al ceder ante la demanda de Charlotte solamente cumplía su acuerdo. Por eso ella me admitió el paso, para paralizarme con el subidón de desconcertante oscuridad y apuñalarme con una daga encantada. Esa fuerza atravesando mi abdomen extendió un dolor eléctrico por todo el sitio dañado, mi cabeza había comenzado a fallarme inmediatamente, así como mi cuerpo perdiendo su estabilidad.

Entonces caí y ante ello un dolor mucho más grande se instaló en mi pecho al oírla a ella llamándome una y otra vez, su voz arrastrando un terrible miedo y angustia. Era una voz ya lejana, y quise quedarme, pero las chispas que se juntaban delante de mis ojos me advirtieron que estaba a punto de abandonar la tierra, de trasladarme a un lugar muy lejos de ella, así que con todas las fuerzas que pude reunir, le dirigí una nueva promesa.

Porque a pesar de esta nueva y más peligrosa dificultad, yo estaba dispuesto a conquistar todo el espacio existente solo para volver a ella, nunca la pensaba abandonar.

Cuando el peso de mis párpados fue superior a mí, cerré los ojos y fui estremecido por toda la magia electrizante de la daga, y durante un momento todo acabó, me perdí en la oscuridad y solo hubo silencio.

***

Desperté de golpe, como si todo hubiera sido un mal sueño, pero no fue así.

Fui recibido en un ambiente que se podría describir como el infierno: el cielo estaba repleto de nubarrones infinitos, la atmósfera destilaba una terrible sensación de suspenso, como si en cualquier momento algo defectuoso saliese a atacar.

Al ponerme de pie, no sentí ninguna molestia en la parte afectada. Di un par de pasos al frente, viendo como las delgadas líneas del suelo agrietado parecían ser ríos de fuego. También observé en diferentes direcciones unas llamativas grietas que proferían solo vapor. Sentía que en cualquier instante toda la tierra firme se rompería y que terminaría jodido en el mar de fuego que circulaba debajo. Por donde mirase no distinguía más que una amenazante oscuridad en el horizonte.

Mi momento de soledad duró poco, el silencio quedó en el olvido en cuanto una corte de luz se extendió en el espacio dejando a Charlotte a pocos metros de mí. Aquello inmediatamente provocó que todo el impulso de ira burbujeara en mis venas, y no esperé ningún segundo para frenar su movimiento, solo que ella fue rápida y estuvo atenta, combatiendo mi ataque con el mismo poder, cambié de fuerza mientras me acercaba demostrándole con esa potencia su error, ella nunca debió buscarme, ella más que nadie sabía toda la magia que ocultaba.

Apreté una de mis manos en su cuello, la sostuvo haciéndola notar que ante cualquier otro movimiento ya la podría quebrar y esa vez para siempre.

—Esto es muy patético —hablé iracundo—, es ridículo que solo hayas ido a buscarme para que te mate de una vez por todas.

—Tienes razón, y es que tú no estás aquí porque yo lo desee —reveló de golpe.

ROSE |Híbridos Rebeldes II|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora