|EN CELO|
Quise convencerme de que no estaba mal lo que acababa de suceder, y no lo estaba. Él y yo nunca terminamos nuestra relación, así que haber tenido sexo con «mi novio» no debería inquietarme, pero de algún modo lo estaba haciendo.
La burbuja de placer en la que estábamos atrapados ya había explotado, habíamos sido liberados en el mundo real un poco desorientados, quizá por eso Hareth caviló demás en sus recuerdos para acordarse del collar que acababa de mencionar.
—¿Por qué es importante para ti?—me preguntó.
Levanté la cabeza y quedé apoyada en los codos, de un modo en que mis manos cubriesen mis pechos. En ningún momento aparté mis ojos de los suyos, no quería vacilar al responder.
—Solo me gusta y ya—quise terminar ahí ese tema, no iba a decirle que posiblemente me lo regaló Aedus. Hareth era muy temperamental, no quería conocer su reacción si le mencionase aquello, aunque ya suponía y no me gustaba.
—¿Es el que tiene forma de rosa?—dijo de repente.
—Sí.
Él se encontraba de lado, apoyado en un codo, viéndome. Entornó los ojos observándome atentamente, adquirió un semblante diferente y me escrutó con una mirada suspicaz.
—Lo trajiste del Reino Vampírico...—calculó, asentí, manteniendo una expresión seria y desinteresada—. ¿Por qué lo quieres?
—¿Por qué te interesa el por qué lo quiero? Ya te dije, solo me gusta—concluí en un tono que denotaba que ya no quería hablar sobre eso.
—No te creo.
—No me importa—hablé enseguida—. Lo que me importaría es cubrirme, arruinaste toda la ropa al desvestirme como un salvaje—añadí rápidamente para cambiar de tema.
—No escuché quejas en el proceso—insinuó.
—Eso es porque no me dabas tiempo a nada más—intenté defenderme.
—¿No te lastimé, verdad? No quise ser tan rudo, estuvimos separado por tantos días...
Flexioné una rodilla para presionar más mis muslos en un intento de cubrirme mi parte intima de sus ojos, cuando él los posó en esa dirección. Acercó más su cuerpo al mío y extendió el brazo para apoyarlo sobre mi vientre, su tacto me dijo al instante que aquel gesto no venía con buenas intenciones.
Tuve que destaparme un pecho para detener su mano que intentó descender un poco más, en ningún momento había apartado sus ojos expresivos de los míos, dándome a entender su travesura. Tener acceso a su mente me anticipaba lo que venía, y por eso podía prevenir.
—Estoy bien—atraje su mano tatuada cerca de mi rostro—. Y no juegues...—en un rápido movimiento me besó en la boca, alejé el rostro del suyo cuando noté la profundidad que quería tomar—. Hareth—quedé sentada, con una mano apoyada por detrás de mí y una en frente, indicándole con esa que se mantuviese quieto.
—¿Qué pasa, Mia?
—Necesito ropa—respondí jadeante, mi respiración estaba descontrolada al igual que la de él, la mirada que me estaba dedicando te incitaba a cometer cualquier locura, era sumamente atrayente.
—Me gusta cómo te ves sin ella—dijo, sugestivo, recorriendo mi cuerpo con los ojos ardientes a causa del deseo. Mi mano quedó apoyada en su pectoral cuando acortó un poco más la distancia entre los dos, impidiendo que lo disminuyera por completo. Su cuerpo emanaba un calor peligroso, sus ojos volvieron a encontrar los míos y, entonces, estiró sus comisuras en una pequeñísima sonrisa que manifestaba su satisfacción al detectar las contradicciones en mi expresión facial.
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ROSE |Híbridos Rebeldes II|✔
FantasyCOMPLETA | Híbridos Rebeldes II. Último libro. Un debate por el amor de dos hombres. Una decisión definitiva. El resultado de una lucha. Y para alcanzar el objetivo se atravesará AMOR, SUSPENSO Y REVELACIONES ... Este es el segundo libro de la bil...