53. Suspenso

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Hareth

Todo dentro de mí estaba colisionando, las sensaciones y las emociones que me atravesaban me aturdían.

A pesar de esa conmoción, me puse de pie, exigiendo una explicación inmediatamente.

—No estaba viendo las noticias, ¿qué significa esas fotografías, Neira? ¿Por qué no tengo ninguna foto contigo? ¿Por qué la carpeta está repleto de fotos recientes con otra? ¿Quién es esa pelirroja? ¿Por qué no la recuerdo?

Su boca se abrió para responderme, pero nada salió de ahí. Se veía pasmada.

—¿Qué está pasando? ¡¿Por qué demonios te quedas callada?! —Ella se exalto ante el tono desesperado de mi voz—. Dime la verdad, si no hablas tendré que buscar respuestas en otro lado —rugí de mala gana, tratando de esquivarla para abandonar la habitación. Solo que ella me tomó por el brazo, haciendo que volviera la vista a su rostro.

—Josh... —Ella no dijo nada más durante segundos, en sus rasgos se evidenciaba el asomo de todas sus preocupaciones—, no puedo decirlo.

Me solté de su agarre, distanciándome de ella con la decepción manifestándose en toda mi cara. Mi expresión se endureció, molesto.

—No quieres decirlo —ataqué— y está bien —añadí ante su silencio—, otros podrán decirme qué ocurre.

Salí apresuradamente del cuarto, pisando fuerte los escalones con ella intentando alcanzarme diciendo mi nombre una y otra vez.

—¡Espera, por favor! —Pudo tomarme del brazo, me sostuvo con fuerza antes de que pudiera tocar la puerta de salida—. Lo que pasa es que... —su voz tembló y pude detectar la señal de mentira en sus rasgos, ella lucía terriblemente desesperada en encontrar las palabras adecuadas—, yo no quise...

—¿Por qué tengo fotos recientes con otra? ¡Neira! —exclamé insistente, tomándola por el mentón para que se atreviera a mirarme a los ojos y me respondiera. Su silencio me ponía de los nervios—. No sé qué pensar de tu silencio, ¿por qué no puedes decirme la verdad?

—¡Vas a odiarme! —reveló de golpe, viéndome desesperada—. Tú vas a odiarme y aunque así fuera yo no podré detenerme porque no conozco límites cuando se trata de ti.

—¿Cómo podría odiarte? —susurré viendo directamente a sus ojos cristalinos, sus manos se detuvieron sobre mis mejillas—. Yo no podría odiarte, sabes bien que ese sentimiento no puede existir entre los dos, por favor, dime qué ocurre porque, sea lo que sea, sé que entre los dos lo vamos a resolver.

—¿Tú me amas? —dijo en respuesta.

—Sabes que sí.

—No lo haces suficiente para perdonarme, mucho menos para entenderme.

—No entiendo a qué se deben tus palabras, sé más clara y directa porque me estoy desesperando.

—Es que no puedo...

Me aparté al instante, molesto y negué con la cabeza sintiendo mil emociones a la vez. Estaba totalmente desconcertado, un indicio de pánico se desarrollaba en mi interior, acelerando mis latidos. Las imágenes seguían sin verse claras en mi mente, por más que me esforzara por encontrar recuerdos, lo único que terminaba tocando era un punto de dolor.

—Voy a salir y que ni se te ocurra seguirme.

Abrí la puerta y el aire nocturno me recibió. Neira no me obedeció, salió tras de mí no sabiendo qué decir para detenerme, me persiguió bajando el porche a toda prisa, pero esquivé su toque apurando mis pasos. Hice un gesto de cabeza indicando que me abrieran el portón, pero los encargados de hacerlo se atrevieron a ignorarme, reparando en otra dirección.

ROSE |Híbridos Rebeldes II|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora