16. La cueva

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|LA CUEVA|

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|LA CUEVA|

Aedus.

La temperatura estaba un poco alta, supuse que por ese motivo Fabricio me sugirió quitarme el abrigo mientras él se deshacía del suyo. Reacomodé mi blazer indicándole con ese gesto que no lo haría mientras seguíamos aguardando, estaba de mal humor y no me estaba importando demostrarlo en todas mis acciones.

La rigidez de mi postura le advertía no intentar sacar conversación conmigo, el druida era el más simpático y paciente de todos los miembros de El Concejo, también el más comprensivo, y solo por ese motivo había accedido a tenerlo como compañero de trabajo. Me habría gustado realizar el encargo solo, pero era él quien tenía los conocimientos y poderes que podrían requerir nuestra labor.

Nos encontrábamos rodeados de árboles, esperando delante de una cabaña, estábamos en un lugar muy aislado de la población, en Egor, Hungría, en donde habíamos venido a conocer a los encargados de vigilar al causante de las sombras. La reunión ya había culminado, pero ahora era el momento de partir a examinar a la criatura oscura, la desconocida especie que estaba causando demasiados problemas sin siquiera «estar vivo».

Solo lo haríamos cuatro personas, y las dos faltantes se estaban tardando demás.

Las personas que estaban al tanto de la criatura, era la familia Dell, ellos y un grupo de personas, que fueron armando de a poco, habían estudiado el desarrollo de aquella cosa desde que fue encontrada. El Concejo no estaba al tanto de ello, por eso, cuando Darren Dell nos lo comunicó, Grayson no dudó en darles nuestro apoyo puesto que las sombras que emanaba estaban causando muchos conflictos, problemas que ya deberían detenerse antes de que el caos reinara por completo.

Entonces, yo hice algo que no hacía muy a menudo: ofrecerme. Esas sombras habían despertado un extraño interés en mí y cuando eso ocurría necesitaba saciarla, y esto representaba peligro, algo que indudablemente solo me incitaba a meterme de lleno en el asunto. Fui accedido al tema, aunque con o sin la aprobación del solicitante me hubiese metido igual, porque como mencioné, estaba más que interesado por el simple hecho de que al parecer las sombras estaban empezando a hacer lo mismo que El Concejo: cazar híbridos.

En la noche aparecieron y, para mi fortuna, esa información se nos proporcionó apenas horas atrás, así que no dudé en tomar cartas en el asunto y presentarme en representación del rey vampiro para defender a su nieta, una híbrida, además de que la amenaza de la maldita hechicera también estaba detrás de ella.

No iba a dejarla sola.

Era de mañana y, por la conexión que compartía con Rouse, podía sentir, si me concentraba en ella, sus emociones. En mi mente se produjo una imagen de ella en tiempo real, no duraba tanto, pero sí lo suficiente como para saber lo que hacía y su ubicación; ella seguía en su forma lobuna, extasiada de tanto correr y conocer su nueva fuerza.

ROSE |Híbridos Rebeldes II|✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora