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JUNGKOOK

—¡¿De verdad vas a ignorarme así sin más?!  —Sunny daba voces, y yo solo quería salir por la puerta sin que tuviéramos la conversación que me esperaba desde que llegué anoche.

Tenía que haberme quedado en un hotel por unos días.

—No me encuentro muy bien y mi humor no está mucho mejor, así que haz el favor de no darme esas voces —salía de la ducha con una toalla en mi cintura.

—Si no hubieras bebido tanto anoche —aquí venía el reproche que no necesitaba—. No te entiendo, de verdad que no lo hago, ¿todos los años por el mismo día tienes que ponerte tan ebrio? —Sunny sabía lo que significaba esa fecha para mí—. Todavía sientes algo por ella, ¿verdad?

Sus celos, aunque con fundamento, me enfadaban.

—No digas tonterías, sólo fue una cena de negocios. Cuando terminó la reunión, me fui con los inversores a un bar—le mentía, cada vez más lo hacía.

Bebí solo, bueno con el recuerdo de ella. De sus labios, de su cuerpo y de su sonrisa...una sonrisa que echaba en falta demasiado.

¡Maldita sea! Nunca la olvidaría y eso sería mi mayor castigo por el daño que le hice.

Sunny se abrazó de repente a mí, y me resistí. No sé si se lo merecía, o tal vez sí, porque ella jugó tan sucio como yo con TN.

—Hazme el amor Jungkook —me pidió desesperada.

—Sabes que tengo que irme a la fiesta con los inversionistas, ahora no tengo tiempo —le dije exasperado y la agarré de los brazos, la separé. Su piel era fría y no me despertaba ningún sentimiento, no deseaba tocarla.

—Todavía es pronto —ella lo intentó de nuevo— ven amor —se las arregló para quitarme la toalla y me dejó totalmente desnudo ante sus ojos—. Eres un Dios, te deseo tanto.

Se pegó de nuevo en mi pecho.

—¡No Sunny, para! ¡No quiero! ¡Te he dicho que tengo prisa! —tiré de su pelo dorado hacia atrás y me miró con su pertinente furia, esa que vi demasiado tarde.

—¿La quieres todavía verdad? ¡Lo sé por mucho que lo niegues! —gritó y salió de la habitación después de empujarme a toda prisa dando un portazo.

Me puse el traje que tenía preparado para ir a una fiesta privada en el centro de la ciudad, debía salir de este manicomio de apartamento lo antes posible.

El cuentakilómetros llegó a sobrepasar bastante la velocidad permitida cuando conducía de camino a mi encuentro con ella, había pasado tanto tiempo que no sé cuál sería mi comportamiento cuando la tuviera delante.

Sabía que estaría allí, todos los mejores habíamos sido invitados. Los hermanos Kim tenían una buena posición dentro del mundo empresarial.

Entré a la sala con cierta intranquilidad, llevábamos tres años sin vernos desde tan cerca. También sabía que estaría preciosa pues siempre, había sido una belleza.

En nuestros años de instituto había sido la envidia de muchos por tener una novia como ella. Recordar los momentos juntos, cuando todo era mucho más simple y sencillo, eran dagas puntiagudas que se me clavaban sin compasión.

Esposo Insensible ( JK & TN )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora