Esposo Insensible ( JK & TN )

22

A mi lado estaba mi ex marido con su aspecto nuevo y mirando a una chica sin pudor alguno. Yo lo observaba anhelando el pasado donde era alguien tierno y aunque había sido siempre un seductor nato, nunca había actuado tan obvio y con tan poca vergüenza.

Se percató de como me repugnaba la escena y torció su cabeza y entrecerró los ojos.

—¿Que ocurre? ¿Quieres decirme algo?

Sí, que eres un imbécil...

—No, no tengo que decirte nada —me giré donde estaba EunWoo.

—¿Vienes un momento a mi despacho? Necesito enseñarte algo —el que no había roto nada quería hacerme sentir bien y arreglar lo que ni sabía qué era.

—Tenemos una reunión por si se os ha olvidado —dijo él erguido y desafiante.

—Si no quieres esperar, puedes irte —le dejó claro EunWoo con la seriedad y la frialdad que se merecía.

—Ya veo de qué vas, esperaré no te preocupes. No me iré a ningún lado. Pero abreviar, porque a tu padre no le gustará saber que antepones tu bragueta a tu cerebro —la rabia le salía por los ojos.

—Con tu mediocre actitud me has dejado claro porqué nunca tendrás alguien tan buena como ella en tu vida.

Fue escuchar las palabras de EunWoo y se echó hacia adelante. Desafiante y apretando los dientes.

—¡No! —me puse en medio—. No te atrevas —se le marcó la mandíbula—. Si quieres esperar a que hablemos hazlo, y si no, vete.

Respiró agitado mirándome fijamente a los ojos. Un líquido frío se paseó por mi columna vertebral. Tragué y volteé para mirar al que estaba a mi otro lado.

—¿Nos vamos? —le dije con las piernas hechas gelatina y el corazón bombeando demasiado fuerte.

—Por supuesto que iremos —contestó EunWoo cogiendo mi mano y haciéndome andar.

No quise mirar hacia atrás. ¿Para qué?

Fuimos hasta su oficina. Entramos y me desmorone. No pude hacer como que no me afectaba la situación.

—¿Estás bien? —bajó el rostro para mirarme a la cara, yo seguía mirando el suelo.

Solté un suspiro doloroso.

—No sé cómo salir del círculo en el que está mi vida en éste momento —lo miré y mis ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Quieres sentarte?

—No, tendremos que salir pronto, tenemos una reunión.

—Que espere, que se joda —siseó.

Me reí.

—¿Me vas a contar algún día porqué lo dejasteis? Así podría ayudarte o tal vez romperle la cara a gusto.

—No quiero peleas, no merece la pena —asintió—. Y por lo de separación... él me engañó con otra. Bueno, con una de mis amigas y lo peor es que iban a tener un hijo.

—Joder...lo siento.

—EunWoo, yo no puedo tener hijos.

Abrió los ojos.

—Lo...

—Por favor —le advertí— no digas lo siento. No aguanto la lástima. No me la tengas por favor.

—Nunca te la tendría. Jamás lo haría.

—Gracias.

Se acercó y me alzó el mentón con sus dedos.