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TN

Su pecho estaba cerca del mío, y me miraba los labios con una oleada de tristeza que se veía en sus ojos. El hombre que estuvo en mi pasado, el que creí que iba a ser mío hasta nuestra muerte, me miraba con tanto deseo, que se me hacía difícil contrarrestar lo que quería transmitir mi corazón y mi cuerpo entero.

Pero debía encontrar las fuerzas y apartarlo lo antes posible para que no volviese a arruinar mi vida.

—No te atrevas, no lo hagas —le hablé todo lo entendible que pude—. ¿Crees que por tráeme aquí vas a conseguir que se me olvide todo lo que hiciste? El dolor no se olvida tan fácil, al menos yo no lo hago.

Se separó de mí tal vez decepcionado. Se incorporó en su asiento, y miró hacia la calzada por la ventanilla. Sus dedos apretaron el volante hasta que estuvieron blancos.

—Sé que piensas que yo no he sufrido con todo lo que ocurrió —seguía sin darme la cara, pero su tono de voz dejaba claro que su ánimo no era el mismo que cuando me hizo subir en su coche.

—¿No te ayudó Sunny a pasar mejor el trago? —se revolvió en su asiento y me miró con la mandíbula tensa—. ¿Seguís juntos no? Entonces no creo que haya dicho ninguna idiotez, por la forma que me miras parece que estoy mintiendo.

Se peinó el pelo y me di cuenta que no quería que lo hiciera, era una de sus manías que prefería no ver. Tragué para parar lo que se acumuló en mi pecho. Algo lo atravesó y me dolió.

—Yo en ese momento estaba muy confundido, y sé que hice lo que era mejor para el niño que venía de camino.

Se me estrujaron las entrañas al escucharlo hablar de ese niño. De mi vientre nunca saldría ninguno.

—¿Y por eso estuviste con ella? ¿Por que yo no podía quedar embarazada?

Por esto precisamente no debíamos vernos, por esto no era bueno que hablásemos, y menos estar tan cerca el uno del otro. Había demasiado daño en nuestra historia.

—Yo nunca...joder, esa parte aún me cuesta...no fue premeditado, no lo fue TN. Y nunca te dejé por eso que dices. Yo siempre te he querido, es más, te amo.

Retomar esas palabras ya no estaban en nuestra estrella. Había soñado un montón de veces que hubo una explosión en el universo y ya no existía esa luz a la que le pusimos nuestros nombres. Nos había abandonado.

—Ya es tarde Kookie —mierda lo volví a llamar igual que en la reunión. Iba a meterme en problemas.

Su maldita y sexi sonrisa, salió disparada.

—No entenderás nunca lo que me haces sentir con solo llamarme de esa forma que te pertenece solo a tí —se volvió a acercar.

Paseó la yema de sus dedos por mis labios y los volvió a examinar con deseo. Su voz ronca había superado con creces a la que dejé de escuchar hace tiempo.

—Te has vuelto un mujer despampanante, ¿lo sabes verdad? —dijo bajito frente a mí.

Mi cuerpo empezó a quemarse por el calor abrasador que desprendía mi ex marido por los poros de su piel. No podía controlarlo, sus ojos negros paseando mi rostro, desmoronaban todos mis sentidos.

—No. No puedes...

—Tu cuerpo me desea. Lo noto aunque intentes decirme lo contrario. Y el mío arde cuando está a tu lado.

—¿Por qué demonios haces las cosas más difíciles de lo que ya son?

—Oh nena —frotó su mejilla con la mía lentamente hasta llegar sus labios a tocar mi cuello, no se movía, allí se quedó parado—. Cuanto daría por volver atrás en el tiempo y que me desearas como en ese entonces.

Una sensación de tristeza me devoró.

—¿Eso crees, que no te deseo? ¿Que no quiero estar en las noches junto a tí desnuda y abrazados? ¿Crees que ya no te amo? —se separó para mirarme al escuchar que lo amaba.

—¿Entonces por qué seguimos separados? Volvamos, te necesito a mi lado cariño —dijo con desesperación—. Mis días son un infierno si tú no estás en ellos.

Puse mis manos en su pecho y lo obligué a que se alejase, debía dejarle las cosas claras sin tener tremenda distracción.

—Veo lo fácil que es para tí —puso su mano en el reposacabezas de mi asiento, pero se mantuvo a distancia—. No quiero que me toques —debía decir todo lo que pensaba, ahora era mi oportunidad después de tantos años—. Has estado con ella con todas sus letras, te has acostado con otra mujer cuando me debías todo el respeto a mí, y eso sabes lo que significa. Estás sucio, te dejaste tocar por otra y lo prometimos, que nunca dejaríamos que otra persona tocara nuestros cuerpos...

Me agarró las dos manos y las frotó entre las suyas.

—Perdón, te pido perdón —se puso desesperado. Todo pasó muy rápido y no tengo recuerdos de lo sucedido. No sé cómo ocurrió.

—¿Y después? —tragué como pude todo el amargor—. No me digas que solo tuviste sexo con ella esa vez, porque eso no se lo cree nadie Jungkook.

—No fueron tantas veces como crees, yo...

—¿Tú?... déjalo...

—No pienses, es algo aterrador, lo sé. No puedo imaginar que tú lo hicieras.

¿Sabía que no había tenido a nadie a mi lado en este tiempo? ¿Que no tuve relaciones con nadie? ¿Ni siquiera una triste cita?

Tae...madre mía no puede tener callada la boca.

—Eso quiere decir que sigues esperando que vuelva.

Esbocé una pequeña sonrisa, me había enfadado.

—¿Te diste cuenta como me miraba el hijo del señor Cha? —atraje mis manos a mi pelo y me lo separé de la cara, su sonrisa seductora cayó en picado a su barbilla—. Admito que no estoy muy entrenada, pero puede salir mucho de ahí si me lo propongo.

—¿Pretendes decir que te acostarías con él?

—¿Qué?, ¿no puedo estar con otro y tú si puedes estar con Sunny?. Te volviste un ser muy insensible señor Jeon.

—No entiendes nada...

—Claro que entiendo...

Estabamos discutiendo cuando alguien dió golpecitos en mi lado de la ventanilla.

Miré sobresaltada.

Para mi sorpresa era EunWoo, ese hombre alto y guapo que había tenido una conexión especial conmigo hace una media hora. Y yo me había convertido, en estos últimos años, en una mujer que llevaba demasiado tiempo jugando con un consolador en su habitación para apagar la calentura. Necesitaba sentir la piel de alguien junto a la mía cuanto antes. Había la posibilidad de volverme una frígida y malhumorada mujer de treinta.

—Oh —dije con cierta alegría, y puse mi mano en la maneta para abrir la puerta.

—No lo hagas —esas fueron las palabras que pronunció la persona que no me hizo caso cuando yo se las decía.

Volteé a verlo.

—Lo siento, pero me buscan.

—Te lo pido, no vayas con él —tenía una mirada de derrota, pero eso no era asunto mío.

Mi mirada aquel día que descubrí su engaño, escondía un dolor más aterrador.

—No soy de las que repiten historias pasadas, adiós Jungkoook.

Salí fuera y la sonrisa de EunWoo fue el bálsamo que necesitaba.

—Hola, no te esperaba —le solté sonriendo.

—Te dejaste la cartera dentro —me la enseñó—. ¿Quieres que tomemos algo?

—Claro que quiero...

Esposo Insensible ( JK & TN )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora