Magic Shop. [+18]

Capítulo Veintitrés.

- 23.

Jeon Thyssen.

¿Podría tener más mala suerte en un periodo tan corto de tiempo? Porque empiezo a creer que es poco probable. Quién diría que estar cara a cara con ella iba a hacer que me diese cuenta de que realmente son muy distintas, y sobre todo si te gusta una de ellas, a ver, no me las quiero tirar de inteligente ni muchísimo menos, pero entre que se ha cortado muchísimo el pelo y ahora es pelirroja, entre la vestimenta, ya que cuando no hay planes para salir Kath viste lo más ancho posible ocultando su delgadez, así que estoy jodido, completamente jodido. Ya me hervía la sangre y estaba con la ira por los cielos, todavía tengo pequeños fragmentos mentales de esa noche, cuando antes la recordaba toda, digamos que cuando Tyco me contó lo sucedido, muchas cosas retomaron sentido.

- ¡Más rápido, Jeon! - Dijo mirándome a los ojos con esa mirada cargada de deseo y de morbo.

- ¿Te gusta que sea un bruto? Después no te quejes. - Sonreí con malicia incrementando la fuerza de las embestidas mientras ella aferraba sus piernas a la parte alta de mis caderas, respirando con dificultad y soltando gemidos ya incontrolables.

- ¡Joder! - Dijo ella cerrando los ojos, notando como llevaba al segundo orgasmo de la noche y aferraba con más fuerza sus piernas a mis caderas, mientras se contraía alrededor de mi miembro.

Ladeé la cabeza apartando dicho pensamiento, más cabreado que antes. Me acerqué al minibar sirviéndome un trago y bebiéndomelo de un solo golpe, y así fueron un par más, el alcohol comenzaba a calentarme la cara y me dificultaba la visión en ocasiones, miré en dirección a Kath, pero ya no estaba ahí, ¿dónde se había metido? Como pude controlé mis piernas y las obligué a no hacerme caer de bruces contra el suelo, empecé a caminar dirección a las habitaciones cuando las voces en el garaje llamaron mi atención, me acerqué sin hacer mucho ruido a la puerta.

- Kath, él no sabía que era tu hermana, no puedes cabrearte por algo que tú misma quisiste ocultar, joder. ¿¡Qué te esperabas!? - Susurró Tyco pasándose las manos por el pelo moviéndose de un lado a otro.

- Pues te aseguro que no esperaba que Cath fuese a por él, he sido muy cuidadosa en cuanto a él se trataba, no quería que se envolviese en estos asuntos turbios que tenemos, Tyco, y al parecer el mundo prefirió joderme. -

- ¿Puedes dejar de pensar un momento en ti? ¡No te das cuenta de que a Jeon le gustas muchísimo! ¡Y de lo jodido que tiene que estar por el engaño de tu hermana! ¡Joder, él se pensaba que eras tú y por eso...! - Kath lo cortó en seco elevando la mano.

- Cállate y no lo digas, porque no sé que voy a hacer con ella, y las ganas de partirle las piernas aumentan a cada segundo que pasa. -

- Tiene algo contra ti, y no sé qué busca en ti, Kath, pero no presiento que sea algo muy bueno. -

- Nada viniendo de ella puede ser algo bueno, tenías razón, debería de haber advertido, y sobre todo a Jeon si quería que fuese al menos algo real, y ahora la he jodido por no medir las cosas. - Alzó la vista a la puerta de la entrada, viéndome ahí parado, posé una mano en la puerta dando un portazo haciendo que las maderas crujieran.

No podía creerme que sabiendo todo lo que se veía encima, no fueron capaces de avisar, y encima el lado que sacó Kath cuando estaba discutiendo con Tyco también era algo que me hacía estar en estado alerta constantemente, no voy a mentir. Pasé las manos por mi pelo tirando con fuerza de él, caminé rápido a la puerta del jardín, estaba tan cegado que ni me di cuenta que el jardín estaba ocupado y se estaban casi comiendo en él, en ese momento me sudaban tres cojones lo que sea que estuviese ocurriendo, deslicé la puerta de un movimiento haciendo que Ana se sobresaltase sobre las piernas de Nil y entrecerrase los ojos como intentando saber qué cojones me pasaba, digamos que ahora mismo debería ser un poema porque nadie se atrevió a decir una sola palabra, y la verdad es que para variar Nil estaba demasiado tranquilo, como si el asunto no fuese con él, como si yo no estuviese al punto del colapso. Cuando Kath volvió a abrir la puerta para salir de la sala, el lugar se inundó con la canción Tomorrow, la ironía me está golpeando en la cara y no de una forma suave y bonita.

- ¡Jeon, déjame que te lo explique por favor! - Gritó ella exasperada por mi actitud.

- ¿¡Qué narices me vas a explicar a estas alturas, Kath!? - Dije tensándome por completo sobre mis pies, cerrando las manos en puños.

Pese a la ira que destilan todos mis poros, soy totalmente consciente que por nada del mundo tengo que sacar a la otra Kath si no quiero que me espere el peor de los finales. A fin de cuentas no soy tonto, y pese a tener una fuerza un tanto más allá de la de cualquier humano por el Thespian, Kath parece que tiene la fuerza del Thespian y la de su otro yo juntas que hace que sea un ser implacable, sediento de sangre y sin ningún tipo de problema en joder al prójimo.