.Capítulo Ocho.

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- 08.

Tyco O'Conell.

Tampoco quería dejar solo a Jeon después del arranque que tuvo hace escasos minutos, y aunque el alcohol era una buena solución para bajar tensiones, no estaba seguro de dejarlo solo con las chicas y Nil. Nil podía sacar lo peor de una persona si él se lo proponía, así que simplemente le di una mirada de advertencia para que no hiciese el tonto, y parece que lo captó al vuelvo al ver a Jeon con los ojos inyectados en sangre y mirando a la ventana con el vaso en la mano. Suspiré mientras observé a Katherine subir las escaleras en dirección a mi habitación, sabía que tenía que subir, después de todo tenía que hablar con ella, y lo sabía desde que puso un pie en Marsella, pero parecía que nunca era el momento propicio para darse dicha conversación, parece ser que ahora sí que era dicho momento.

Me dispuse a marcharme de la sala y subir las escaleras, mientras que un recuerdo me golpeó sin previo aviso, y maldije para mis adentros intentar apartarlo sin mucho éxito, supongo que cuanto más se acerca la fecha, más presente se vuelve dicho recuerdo.

- ¡Tyco, por favor, para, lo vas a terminar matando! - Gritaba mi madre, mientras lloraba desconsoladamente.

- ¡Se lo merece después de todo, mamá! ¿QUÉ TE PASA? PARECE QUE OLVIDASTE TODO LO QUE NOS HIZO PASAR A LOS DOS. - Grité exasperado ante la situación, mientras mis manos y mi pantalón de deporte estaba lleno de sangre, sonreí con malicia puesto que no sabía que aquello me iba a gustar tanto, sin embargo ni me asusté, mamá parecía que tampoco estaba muy asustada de mis repentinas ganas de matar.

- Tyco, por favor, relájate, ¿sí? Está todo bien. - Dijo con una sonrisa triste en los labios, mientras se acercaba al cuerpo inmóvil que yacía a sus pies. Suspiré mirando a la puerta de la entrada deseando que nadie viniese a hacer una visita sorpresa.

- Estoy más que relajado ahora mismo, mamá, y él se merecía acabar así, después de todo él mismo buscó que esto pasase. - Suspiré llevándome las manos a la cara y ocultando el rostro, me dio igual mancharme de sangre.

- Tyco, no quería que el Thespian llegase tan pronto a ti... - Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y se abrazó al cuerpo de mi hermano mayor, mientras lloraba desconsoladamente.

- ¿El qué, mamá? - Me levanté de golpe, formando puños con mis manos, cabreándome más a cada minuto que pasaba. Qué narices era el Thespian, y por qué me lo estaba diciendo ahora, joder. Tiré a Blue al suelo, me di la vuelta para encaminarme al baño y lavarme la cara. ¿Qué era lo que estaba mal en mí? ¿Por qué no estoy asustado por lo que acaba de pasar?

Moví la cabeza hacia ambos lados para retirar dicho recuerdo, suspirando subí las escaleras para encontrarme con Kath y ver qué era eso tan importante que tenía que decirme, después de todo, ella era la única que sabía de la existencia de lo que ocurrió dicho día, aunque realmente no sabía que yo era un Thespian, eso solo lo sabían Jeon y Nil, y porque desgraciadamente los tres teníamos dicho gen, y a veces era muy difícil controlarlo, pero supongo que yo al desatarlo a una temprana edad, tengo un poco más de control sobre él que mis amigos, por eso también tengo algo de miedo de dejarlos a solos con las dos chicas que no conozco de nada y la verdad que tampoco debería importarme mucho qué pasaría con ellas, pero sé que Kath me mataría si permito que les pongan una mano encima. Abrí la puerta de mi habitación, observé a Kath sentada en mi cama mirando por la ventana con los ojos enrojecidos, ¿ha estado llorando? ¿ella? Cerré la puerta tras de mí, y me apresuré a acercarme a ella y cogerle el rostro para observarla y limpiarle algunas lágrimas que todavía rodaban por su hermoso rostro.

- Eh, estoy aquí, ¿qué sucede? ¿Por qué estás llorando? - Clavé mi mirada sobre la suya, viendo que nuevamente sus ojos se inundaban de lágrimas, pero esta vez no las dejó salir.

- Tyco... yo... estoy en problemas... - Me observó antes de que se lanzase a mis brazos para abrazarme y llorar desconsoladamente. No sabía que estaba pasando, no tenía ni idea de qué pasaba por esa cabeza ahora mismo, pero no me gustaba para nada verla así.

- Kath, ¿cómo que estás en problemas? ¿Qué ha pasado? - Respondí sobre su pelo, posándole un suave beso en la cabeza mientras le acariciaba la espalda de manera lenta.-

- Ha vuelto, Tyco... Catherine ha vuelto... - Ahogó su llanto en mi pecho y noté como mi cuerpo se tensaba de golpe, y mi entrecejo se hundía. Con mi mano libre apreté el puente de mi nariz, deseando que lo que acaba de decir no fuese cierto. Era imposible, cómo había dado de nuevo con nosotros.

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Nunca he hecho una nota, así que aprovecho para hacer esta. JAJAJAJA.

¿Quién creéis que puede ser Catherine? Tengamos en cuenta que tenemos una Katherine en la historia, así que bastante raro queda.

Espero que estéis disfrutando de mi primera historia, que aunque no sea perfecta, hacía muchísimos años que no escribía y tuve ganas de plasmarlo aquí en esta ocasión en vez de guardarlo para mí.

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