The legacy (Sahyo)

Los milagros existen para los que creen en ellos

—¿Desde cuando están aquí?—

—No menos de una hora. Shuhua nos informó de que hay un nuevo flujo de naves en el hiperespacio y se están dirigiendo hasta acá, creo que no hace falta mencionar quienes son—

—Los refuerzos de Seungri...—Murmuró Sana, mientras que Somi asentía con la cabeza—No podemos perder mas tiempo, tienes que llevarnos mas allá de la orbita, debemos impedir que los refuerzos se acerquen al planeta—

Somi se quedó en silencio, veía por las ventanas el montón de naves que combatían en el espacio y chocaban contra la luna como resultado de la gravedad, ajetreada pero manteniendo la serenidad que la destacaba, le mostró a Sana la mesa de control, mientras que su nave se elevaba

—Van a llegar en posición de ataque, nos rodearan y trataran de acoger a sus naves ya presentes, tenemos información de ventaja, aunque desconozco si ellos también saben algo de nosotros. Las predicciones de Shuhua son de ofensivas extremas en la superficie, así que tomemos el tema con pinzas—

Debido a la incertidumbre, lo mejor que podían hacer era seguir el plan de llevar al batallón lejos de planeta y apoyarlos para evitar la llegada de los refuerzos, pero desconocían si las primeras naves carceleras continuarían atacando o se retirarían para reorganizarse con sus nuevos aliados, por los momentos, Sana aprovechaba un momento de calma para estirar su cuerpo, liberando tensión y preparándose para continuar

—La única manera de saber que harán, es...pues...ver que harán—

—Así es—Respondió Somi, en el instante que una nave enemiga rozó su fragata al punto de que creyó que se estrellarían ambas, pero mientras que Sana se aterró por lo cerca que estuvo, la chica mitad maquina mantuvo su tranquilidad—No me digas que es la primera vez que te pasa—

—Es la primera vez que estoy tan involucrada en una guerra—

—No digas mentiras, tu historia se esparció por toda la galaxia, sabemos que formaste parte del plan de contingencia porque tu deber era proteger a Sachiko ¿No es así? ¿No deberías de tener experiencia?—

—Tal vez en combate, pero no así...—Sana se tambaleó nuevamente, sosteniéndose de la mesa y sintiendo que todos la juzgaban, todos menos Tzuyu, que la veía de reojo y con expresiones de vergüenza—¿Qué está haciendo ella aquí?—

—Resulta que ahora te apoya, otra vez. Los esclavistas solo van a donde hay dinero, pero ella es diferente, de alguna u otra manera prefirió pues...dejarlo de lado—

Sana se aguantó las ganas de burlarse en la cara de Tzuyu, ella no era del tipo de persona que guardaba remordimientos pero después de lo que la presidenta del sindicato le causó no podía simplemente olvidarlo, así que verla de vuelta a su lado se le hacía la cosa mas ironica del mundo, mientras que para Tzuyu era un completo sufrimiento. Minutos mas tardes ya no podía estarse distrayendo con las reacciones de su vieja amiga, pues tenía que concentrarse, habían entrado en pleno campo de batalla, donde miles de naves chocaban y disparaban casi olvidando que estaban en bandos, el caos se generó tan rápido que el frenetismo de la guerra provocaba nauseas hasta el mas veterano soldado

—¡¿Podemos ayudar en algo?!—

—¡Está todo bajo control, no te preocupes!—Exclamó Somi, a Sana no le parecía que todo estuviera bajo control, en especial porque la fragata se movía de manera agresiva y casi que errática, pretendiendo ser impredecible para los misiles y cañones enemigos—¡Mejor sostente bien, vamos a ir mas rápido!—

La nave aceleró tanto como podía, mientras que sus cazas y naves acompañantes se ocupaban de escoltarla con todo el poder de sus armas, lo cierto es que el fuerte de los aliados de Somi siempre era el hecho de tener actitudes inesperadas y que pretendían confundir a todos, incluso a ellos mismos, por lo que a Sana además de revolverle el estomago, le pareció una fantástica idea