Harry Potter. Lizzie Potter.
Prácticamente casi toda la vida sin saber de ella, años después tiene la oportunidad de ir a Howgarts. Y ahí durante dos años de aventuras, nuevos amigos y no tan amigos sigue sin saber ese secreto tan oculto.
Ella. Ter...
Ya era el último día que estaríamos en el cuartel. Bajaba las escaleras junto a mi hermano Harry, Ron y Hermione mientras los dos últimos charlaban.
—No entiendo porque no quieres usarlo Ron — hablaba Hermione sobre el chaleco que llevaba el pelirrojo.
—Parezco un idiota — respondió.
—No más de lo habitual.
Dejamos que los dos amigos siguieran su camino cuando mi hermano y yo vimos un cuarto con la puerta abierta, entre yo primera y observé un gran tapíz con lo que parecía un árbol genealógico.
—Asquerosos y sucios mocosos, ahí parados como temerarios — vimos aparecer al viejo elfo Kreacher —Los hermanos Potter, los que detuvieron al Señor Tenebroso, amigos de la sangre sucia y los traidores de sangre, si mi pobre ama supiera...
—Por supuesto amo. Kreacher sólo vive para servir la casa de los Black — se fue.
—Lo siento. Nunca fue muy amable cuando era pequeño. Al menos conmigo — soltó.
—¿Tú creciste aquí? — le preguntó Harry.
—Es la casa de mis padres, se la ofrecí a Dumbledore como cuartel de la Orden. Eso es lo único útil que puedo hacer. Este es el árbol genealógico — empezó señalando la foto de una mujer —Mi trastornada prima. Yo los odiaba a todos, a mis padres por su manía con los sangre limpia... Mi madre hizo esto cuando me fui — señaló donde debería estar su foto pero sólo estaba una mancha oscura —Cautivadora mujer, yo tenía dieciséis.
—¿A dónde fuiste? — cuestionó Harry.
—Con vuestro padre, siempre fui bienvenido en casa de los Potter. En vosotros veo mucho de él. Tú te pareces mucho a él Harry — se sinceró Sirius.
—No estoy tan seguro. Sirius... Cuando estábamos, cuando vimos el ataque al señor Weasley no sólo lo mirábamos... Éramos la serpiente.
—En la oficina de Dumbledore, hubo un momento en el que quise — hablé agitada —Esta conexión entre Voldemort y nosotros, ¿Y si me estoy volviendo como él? — Harry me observó —Es que estoy sintiendo tanta ira, todo el tiempo...
—¿Y si después de todo lo que ha pasado algo está mal? — interrumpió jadeante Harry.
—¿Y si dentro de mí algo se está volviendo malo? — pregunté.
—Quiero que me escuchéis atentamente. No sois malas personas, sois personas buenas a las que les han ocurrido cosas malas. ¿Está claro? — asentimos —Además el mundo no se divide entre buenos y mortífagos. Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo que importa son los caminos que escogemos. Eso somos en realidad.
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Tocaron la puerta y ésta se abrió dejando ver a nuestra amiga Hermione.
