Capítulo 3

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La noche llegó y la fiesta de la boda de Fleur y Bill había empezado.

Harry y Lizzie aparecieron delante de la carpa ya preparados. Frente al chico apareció la snitch dorada pero este la agarró y guardó en su bolsillo.

Entraron a la carpa encontrando a los recién casados bailando, su mejor amiga estaba cerca con un precioso vestido rojo mientras un pelirrojo la miraba sin poder disimular.

—Hola chicos, he interrumpido vuestros pensamientos, ¿verdad? Vuestras pupilas se hacían pequeñas.

—¡Hola Luna! Descuida, te ves muy bien. — halagó la peli negra.

—Tú también estás muy guapa, te sienta muy bien el traje.

—¿Cómo estás? — preguntó Harry.

—Muy bien. Hace un rato me ha mordido un gnomo de jardín. — declaró.

—La saliva de gnomo es muy beneficiosa. — habló un hombre mientras abrazaba por los hombros a la rubia —Xenophilius Lovegood, vivimos a una colina de aquí.

—Encantada. — saludó la chica.

—Espero que sepáis señor y señorita Potter que, nosotros en el Quisquilloso no como esos idiotas del Profeta, apoyabamos completamente a Dumbledore en vida. Y en su muerte los apoyamos a ustedes por completo. — admitió.

—Gracias. — susurró incómodo Harry.

—Gracias, es usted muy amable. He leído muchas veces el Quisquilloso, ¡adoro la cantidad de criaturas mágicas que hay! — a diferencia de su hermano, Lizzie se sentía cómoda y evadía sus pensamientos.

—Harry no quiere hablar, pero es demasiado amable para decirlo. — alertó Luna.

—¿Estarás bien?

—Sí, ve con ellos.

Así que la Slytherin fue con Xenophilius y su hija recorriendo toda la sala mientras hablaban sobre criaturas mágicas, el profeta o cualquier otra cosa que a ellos tres les parecía sumamente interesante.

Después de unos minutos una luz se plasmó en medio de la carpa y siluetas aparecieron en ella.

El ministerio ha caído. El ministro de Magia ha muerto.

Ya viene.

Ya viene.

Sombras negras aparecieron dentro de la carpa y empezaron atacar a todos. Ron y Hermione se juntaron mientras él hacia todo lo posible porque la chica no sufriera ningún daño. Por otro lado Harry buscan a su hermana y a Ginny, Lizzie que había perdido de vista a Luna y su padre por esquivar un hechizo divisó a los gemelos a lo lejos.

—¡George, Fred! — gritó en vano.

Sus amigos y hermano se acercaron a ella e hicieron caso a las órdenes de Remus y Tonks, así que los cuatro desaparecieron.

···

Aparecieron en las calles de Londres casi siendo aplastados por un autobús, al apartarse algunos muggles les miraron raro así que se retiraron lo más rápido posible.

—¿Dónde estamos? — preguntó Ron.

—En Shaftesbury. Venía aquí al teatro con mis padres. No sé porqué se me ha ocurrido... Seguidme. — les guió hasta un callejón —Tenemos que cambiarnos.

De un bolso empezó a sacar ropa.

—¿Cómo rayos?

—Lizzie, en tu bolso hay ropa tuya y de Harry. Hechizo indetectable.

—Eres impresionante. — admiró Ron.

—Siempre ese tono de sorpresa. Ay, eso han debido de ser los libros.

Después de cambiarse optaron por ir a una cafetería que permanecía abierta. Se sentaron y pidieron algo, la peli negra se quitó su chaqueta negra que no se había cambiado, ahora llevaba una blusa roja y un pantalón negro.

—¿A dónde vamos ahora? ¿Al caldero chorreante? — inquirió el pelirrojo.

—Es demasiado peligroso. Si Voldemort se ha adueñado del Ministerio, no hay lugar seguro. Todos los invitados de la boda tendrán que esconderse.

En ese momento entraron dos hombres con trajes iguales y una caja de herramientas, pero aún así los hermanos confirmaron sus sospechas cuando los individuos sacaron una varita haciendo que se tuvieran que cubrir.

¡Expulso!

—¡Desmaius!

—¡Petrificus totalus!

La camarera salió e hicieron que se fuera para evitar exponerla al peligro.

Fueron a ver al hombre que estaba paralizado y acordaron en borrarle la memoria.

Se fueron del establecimiento vagando por las calles de Londres.

—¿Cómo nos han podido encontrar? — preguntó la pelinegra.

—No lo sé, se supone que no tenéis el detector.

—Sí, se desactiva a los diecisiete.

—¡Oh dios! — se alarmó Hermione.

—¿Qué pasa?

—¡No hemos celebrado vuestro cumpleaños! Ginny y yo os habíamos hecho una tarta.

—Hermione... Agradezco el detalle pero casi nos matan hace un par de minutos así que creo que es lo menos importante ahora mismo.

—Cierto.

—Hay que salir de las calles y buscar refugio.

Llegaron a un lugar muy conocido para ellos, las casas se movieron sin apenas levantar sospechas y los cuatro entraron en la casa llevándose un gran susto por la silueta de Dumbledore apareciendo de repente.

—¿Qué mierda ha sido eso? — se quejó Lizzie.

—Idea de Ojo loco, por si Snape venía a fisgonear — contestó la castaña.

Minutos después se instalaron allí para poder descansar, los amigos permanecían en el sofá y su hermano apunto de acostarse divisó que su hermana caminaba hacía la cocina así que decidió ir a ver como estaba. Seguía preocupado por ella, apenas pudieron escribirse por el peligro que conllevaba eso, pero sabía que su hermana, desde final de curso estaba mal.

Le hervía la sangre al saber que seguramente estaría pensando en un chico rubio al que no le tenía él especial cariño. Sabía como era su hermana y que en ese momento quería estar sola y que nadie le hablara así que volvió a dirigir la mirada al techo e intentó dormirse.

Lizzie por otro lado se sentó en una silla de la cocina apoyando su cabeza en una mano, se quedó embobada mirando al suelo aunque no mirando los azulejos ni la suciedad, si no recordando a un joven de pelo rubio platino, se preguntó que tenía que ver la pulsera que había dejado Dumbledore con el anillo.

—Tiene que haber una similitud entre ellos, una razón por la que se conectan — dijo en voz alta, aunque para si misma.

Con curiosidad volvió a tocar la pulsera y como suponía volvió a entrelazarse una pequeña luz con el anillo.

¿Me querrá decir algo sobre Draco?

—Por merlín, que difícil lo pone todo Dumbledore — se quejó. Cambió su expresión por una de sorpresa cuando oyó algo muy cerca de ella.

Draco... aún está.

—¿Aún está? ¿Qué hostias significa eso? — inquirió excesivamente cerca del anillo, de donde provenía la supuesta voz. —Joder — dió un pequeño golpe en la mesa y volvió al comedor para asegurarse de que todos estaban descansando.

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⏰ Última actualización: Dec 14, 2023 ⏰

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ꜱʜᴇ || ʟɪᴢᴢɪᴇ ᴘᴏᴛᴛᴇʀ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora