Harry Potter. Lizzie Potter.
Prácticamente casi toda la vida sin saber de ella, años después tiene la oportunidad de ir a Howgarts. Y ahí durante dos años de aventuras, nuevos amigos y no tan amigos sigue sin saber ese secreto tan oculto.
Ella. Ter...
Empezamos a correr tras suyo y nos detuvimos cuando él atrapó a su mascota pero nos percatamos de donde estaba.
-Mirad, ¿Os dais cuenta de dónde está? - Habló Harry - El sauce empezó a moverse tras Ron.
-¡Ron, corre! - Grité pero él hizo caso omiso mirando tras nosotros con cara temerosa.
-¡Corred! El Grim, es el Grim - Habló asustado. Nos dimos la vuelta encontrándonos a un perro negro y grande. Por instinto cogí la mano de Hermione quien la estrechó con fuerza.
El animal avanzó hacia nosotros haciéndonos gritar pero sólo nos saltó por encima avanzando directo a Ron. Lo mordió justo en el tobillo llevándose lo al gran hueco del árbol.
Corrimos hacia él mientras gritaba, Harry se lanzó al suelo pero no pudo agarrar la mano del pelirrojo a tiempo.
-¡Ron!
El sauce empezó a moverse agresivamente lanzandonos al suelo con una rama.
-Puto árbol.
-Lizzie - Me miró Harry.
-Vale - Rodé los ojos.
Empezamos a avanzar intentando entrar donde estaba Ron.
La rama del sauce empujó a Harry haciendo que sus gafas cayeran. Me agaché ayudando a buscarlas y se las dí.
Hermione agarró la mano de Harry para entrar en el agujero, después fui yo cayendo encima de ellos dos.
-¿Estáis bien? - Preguntó Harry.
-Si.
-Podría estar mejor - Hablé, toqué la parte de dentro de mi chaqueta en la que había un bolsillo, miré en el suelo.
-¿Qué és eso? - Preguntó Hermione señalando lo que yo buscaba, mi pequeña libreta.
-Nada, apunto cosas de Pociones - La guardé rápidamente.
Empezamos a avanzar.
-¿Es la casa de los gritos, verdad? - Preguntó Hermione.
-Creo que sí - Hablé - Sigamos.
Seguimos avanzando hasta que escuchamos unos gritos provenientes de Ron, pensando que lo estaban torturando me adelanté y salí corriendo junto a ellos.
-¡Ron!
-¿Dónde está el perro?
-¡És una trampa! Es un animago, ahí está - Señaló el pelirrojo.
Miramos las marcas de pisadas de animal en medio del polvoriento suelo, alzamos la vista encontrándonos a un hombre bastante desaliñado, barba y pelo largo.
El hombre avanzó hacia nosotros.
Sírius Black.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
