Capítulo 53

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Era extraño salir de la aldea en una misión acompañado por mi líder militar, aun así, no sentía que se tratará de el hokage, si tuviera que explicarlo, la verdad es que se siente como si estuviera siendo acompañado por dios mismo, el hecho de que este vestido como anbu y sus ojos brillen de un color rojo, que su presencia haya cambiado y sienta una inmensa superioridad solo me hace pensar de esa manera, dicho eso, fue quien mato a Orochimaru, fue quien destrozó al sanin por su cuenta y sin sudar.

Parecería que le tengo miedo, pero la realidad es que se volvió un gran ejemplo, posee poder y no lo usa de manera egoísta, todo el tiempo se ha preocupado por otros y si no es el caso, al menos lo finge muy bien, pero dada la manera en la que cuido y crío a Naruko, de cómo protegió y guio a Kimimaro y Juugo, de como los salvo de sus propios cuerpos solo me hace pensar que su amabilidad no es fingida, al tiempo que me es imposible asociar que un humano sea igual de amable, por eso digo que es un dios, un humano puede alcanzar su poder, pero no ser como él.

- ¿De verdad esto está bien? – pregunte mientras veía el bosque que se extendía delante de nosotros.

-Siempre puedes decirme que no quieres hacerlo y regresaremos a la aldea, puedo pensar en otro plan para acabar con Akatsuki.

-No me refería a eso, hablo de ellos – señale a los dos Akatsuki que se encontraban parado delante de nosotros.

-Déjame al idiota de la máscara – él dijo mientras apuntaba con su dedo.

-Pero si tú también tienes una máscara – el sujeto se quejó de una forma casi infantil.

- ¿Acaso eso importa? Solo sígueme, dudo que quieras interferir.

-Sigo sin entenderte, pero bien, te seguiré, jugaré contigo un rato, shinobi de Konoha.

Él y el sujeto de la máscara se fueron al otro lado del bosque, por mi parte me quedé con el rubio de nombre Deidara, Menma me comentó sus habilidades casi como si lo hubiera enfrentado antes además de lo que yo mismo vi, debo tener cuidado con una explosión final, fue lo único sobre lo que no pudo darme detalles, era casi como si no supiera muy bien lo que estaba contándome, no puedo decir que sea algo que me decepcione, no cuando incluso parece ser capaz de ver el futuro a medida que va caminando.

- ¿Dónde está Itachi? – pregunte mientras desenvainaba mi espada.

X X X

-Gracias por la comida – dije con una sonrisa mientras terminaba de masticar el trozo de cerdo que Jiraiya me había regalado – bien, me siento con más ánimos, hora de pedirle a nii-san una misión.

-En verdad tienes una inmensa determinación ¿eh? – Jiraiya dijo haciendo que volteara a mirarlo como si no hubiera entendido a lo que se refería.

-Bueno, no puedo simplemente rendirme o quedarme arrepintiéndome de las cosas que no fui capaz de lograr, lo único que debo hacer es seguir avanzando y no detenerme hasta que todo haya sido resuelto.

-Me pregunto si ese será un rasgo Uzumaki o que ambos heredaron de sus padres – por alguna razón, cuando dijo esa frase no sentí que se refiriera solo a mí o a nii-san – bueno, como sea, vamos a entrenar, todavía te quedan cosas por aprender.

- ¿Qué me vas a enseñar?

-En realidad no te voy a enseñar algo nuevo, es para que aprendamos todo lo que tu ojo especial puede hacer.

MI ojo izquierdo, es verdad, más allá de que parece tener la función básica de un sharingan de permitirme anticiparme a movimientos o verlos ralentizados no se si puede hacer algo más por ese camino, ver los puntos tenketsu como el byakugan es de ayuda, pero no es lo mismo poder ver en todas direcciones al mismo tiempo que sentir en todas direcciones, un kunai podría matarme si no me percato de su existencia, tampoco sé si posee habilidades del rinnegan u otras únicas, Yami, al menos podrías haberme dicho que me ibas a dar algo como esto.

Ahora es su historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora