Capítulo 18. What dreams are made of.

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Cuando esa mañana Yoongi y Jimin se despertaron casi a la vez asolados por las pesadillas, ambos se dieron cuenta de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre, pero ninguno alcanzaba a saber el nivel de certeza que tendría aquello.

La noche anterior, Jimin y Sammi habían aterrizado en El Cairo agotados de tantas horas viajando y esperando en las dos escalas que habían realizado en el vuelo. Como había prometido, Yoongi estaba ahí para recogerlos y llevarlos de nuevo a Hadid.

Cuando dejaron a su amiga en su habitación, ellos se desplazaron a la del mayor. A pesar del cansancio ninguno podía dormir, eran un manojo de nervios allí acostados en aquella cama. Eran dos almas perdidas en un sinfín de sentimientos y encontradas en uno solo. Eran besos y caricias, miedos y pasión.

Yoongi lo besaba como si fuese la última vez que lo hacía y Jimin como si tuviesen todo el tiempo del mundo.

Y cuando el joven cayó presa del sueño que le atenazaba por el viaje y los cambios horarios, el mayor se dedicó a contemplarlo durante horas, por si huía, por si no volvía a verlo...por si era la última vez que podía contemplarlo allí, durmiendo sereno a su lado.

Le sorprendió el alba pensando en ellos, cumpliendo la promesa que un día se hicieron, ese para siempre que hasta ese momento había sido tan lejano. Se imaginó con Jimin, viviendo juntos, pasando tiempo en Corea con sus familias y sus amigos, besándose en su propia casa hasta acabar haciendo el amor en cualquier lugar de su hogar y se imaginó el futuro, ellos dos eligiendo unas vacaciones, descubriendo nuevos hallazgos arqueológicos,  paseando de la mano por la playa, con una niñita alegre chapoteando a lo lejos en el agua. Porque...¿y si sus miedo eran infundados? ¿y si resultaba que por una vez era un si en su vida?

-Supongo que no has dormido en toda la noche verdad-murmuró Jimin aún con los ojos cerrados. Yoongi sonrió levemente.

-Estaba demasiado ocupado contemplándote, príncipe-comentó remarcando la última palabra. Yoongi lo veía así, más príncipe que nunca. Jimin se quedó en silencio con la piel de gallina bajo las sábanas esbozando una pequeña sonrisa y resistiéndose a abrir los ojos.

-Hoy es el día-murmuró con tranquilidad cuando su cabeza reaccionó acordándose de lo que estaba por ocurrir ese día.

-Hoy es el día-repitió Yoongi. Un escalofrío los recorrió a los dos de pies a cabeza.

-¿Podemos retrasarlo un par de horas? Tengo algo que hacer en El Cairo-anunció Jimin posando su mirada adormilada en los ojos oscuros y profundos de Yoongi. Este asintió con una sonrisa.

-Podemos hacer lo que tu quieras, que para eso somos los jefes-sentenció el mayor acariciando con cariño la mejilla del chico.

Durante largos minutos se dedicaron a hablar en susurros como si no quisiesen romper la magia de aquel momento y más tarde, a una hora más decente, se levantaron para prepararse y salir de camino hacia la capital egipcia.

Jimin no le dijo nada a Yoongi de lo que pretendía. Cuando llegaron a su destino le indicó que aparcase delante del ayuntamiento y se dirigió a la recepción donde muy amable preguntó por el comité. Recibió justo la respuesta que esperaba.

-El comité se encuentra reunido y no puede recibirle ahora-comentó la recepcionista lanzándoles una mirada de desdén.

-Perfecto-murmuró. A grandes zancadas, con Yoongi pisándole los talones como si se hubiese vuelto loco y los gritos de la mujer a sus espaldas atravesó las puertas hacia la sala de reuniones del comité que tan bien conocía y volvió a atravesar las puertas de la sala como una autentica fiera.

-¡Jimin! ¡Yoongi!-dijo sorprendido el señor Osman levantándose de su silla. ¿Qué hacéis aquí? ¿No deberíais estar en la excavación?-preguntó un poco confundido.

Whispers in the Sand// YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora