Capítulo 8: Kayinat Haya

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El 4 día del sexto mes del año llegó más rápido de lo que Jimin había imaginado. La puesta en marcha de la excavación del príncipe Meryatum los había tenido más que absortos a todos y aquel día festivo había llegado bajo agradecimiento de todos los que había trabajado incansablemente para comenzar con una excavación desde cero. El aire festivo se respiraba en todo el país, los trabajadores habían estado irremediablemente contentos esperando ese día.

Esa mañana Sammi llamó acelerada a su puerta tan pronto y tan fuerte que Jimin creyó que despertaría a todo el hotel. Cuando abrió la encontró con la cabeza colándose también entre la puerta de Yoongi al que se escuchaba reír desde dentro.

-Póntelo Min Yoongi, no te lo repito más veces-advirtió apuntándolo con un dedo.

-Que si pesada-escuchó que decía el chico con voz ronca de haberse despertado en ese momento.

-¿Que pasa?-preguntó él saliendo por la puerta. Samara abrió los ojos y se volvió hacia él con una sonrisa nerviosa.

-Jim...-Exclamó Yoongi desde su habitación pero antes de llegar a decirle nada, Sammi cerró la puerta de golpe y sonrió dirigiéndose hacia Jimin para empujarlo a su habitación. Recogió una caja y una bolsa de cartón de al lado de su puerta y lo empujó hacia dentro antes de que el arqueólogo pudiese salir a saludar.

-Si no os veis será más emocionante-dijo cuando Jimin la miró extrañado. Al joven le dio la risa y vio a su amiga dejar todo encima de su cama.

-Aish Sammi, ni que nos fuésemos a casar-protestó sentándose de nuevo en la cama.

-Si esto sale bien, espero que pronto-balbuceó ella mientras dejaba su bolso tirado al lado del escritorio.

-Cállate ya-murmuró el chico desplomándose sobre la cama de nuevo. Sammi lo miró desde arriba y arrancó las sábanas de sus manos para que no se tapase de nuevo.

-Vamos a pasar todo el día aquí así que he preparado un poco de comida y tu ropa, también te he traído una sorpresita pero tendrás que esperar para eso, así que empieza a moverte-ordenó bajo la atenta mirada de Jimin.

-¡Vamos, muévete, a que esperas para ir a ducharte!-chilló Sammi pataleando como una cría.

-¿Sabes que quedan como mil horas no?-cuestionó Jimin reprimiendo un bostezo.

-Pues tengo esas mil horas para hacer lo que tengo pensado y repasar todo lo que va a ocurrir esta noche-respondió ella firmemente.

-¿No quieres echarte aquí un rato y dormir un par de horitas más?-propuso el chico dando un par de golpecitos con la mano al colchón.

Ella alzó una ceja y Jimin la miró desde la cama. -¿No?-añadió él ante la mirada incrédula de la chica que luchaba por no reírse y parecer lo más seria posible.

-¿Pero que os pasa a los hombres de esta excavación? ¿Por qué os cuesta tantísimo levantaros de la cama?-preguntó Sammi revoloteando por la habitación mientras levantaba con fuerza la persiana.

-¿Será que estamos cansados de trabajar?-respondió irónico el chico rodando fuera de la cama.

-Yo también trabajo y aquí me tienes. A la ducha, Park Jimin-ordenó ella de nuevo.

-Si, jefa-dijo con voz grave cuadrándose como si lo hiciese delante de un general.

Sammi hizo amago de darle una patada cuando pasó por su lado y el chico se marchó riéndose hacia el baño donde se internó durante un buen rato.

Sammi hizo amago de darle una patada cuando pasó por su lado y el chico se marchó riéndose hacia el baño donde se internó durante un buen rato

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Whispers in the Sand// YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora