Extra 2

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Liam

5 años después

Al llegar bajo del coche y me apoyo en él mientras espero. Cuando suena la sirena y empiezan a salir muevo la mirada en su busca.

Cuando la veo sonrío, pero al ver su carita triste me preocupo.

—Princesa, ¿estas bien?

Me mira con sus ojitos llorosos, niega con la cabeza, pasa los brazos por mi cuello abrazándome. La levanto entre mis brazos, acaricio su espalda con suavidad, la escucho sollozar.

—Mi bebe…— dejo un beso sobre su cabeza.

Nos subimos al coche y nos dirigimos a casa. Al llegar vuelvo a cargarla entre mis brazos, abro la puerta y entramos.

Mi bella esposa al escucharnos se acerca a nosotros con una gran sonrisa.

—Mis amores— deja un tierno beso sobre mis labios. Sonrío, amo demasiado a esta mujer. — Princesa, ¿estas bien?— pregunta al ver que no se despegaba de mi.

—Nose lo que le pasa, a salido llorando del colegio — le explico.

Me dirijo al salón, me siento en el sofá con ella en brazos y la pego a mi pecho, acariciando su espalda con suavidad.

—Princesa, dime que ocurre, estoy muy preocupado.— susurro.

Seguía sin decir nada y me estaba preocupando mucho.

Veo a mi hermosa esposa acercarse, se sienta a mi lado y coloca la mano sobre la espalda de nuestra hija, acariciándola suavemente.

—Princesa, ¿Quieres hablar conmigo?— le pregunta dulcemente.

Separa la cabeza de mi cuello y la mirada, asiente, extiende los brazos hacia ella, la sujeta entre sus brazos y se dirigen a una habitación. Yo me quedo allí esperando.

Ya habían pasado unos minutos desde que estaban en la habitación hablando, me encontraba un poco desesperado, quería saber de que estaban hablando.

Me levanto de golpe al verlas salir. Lia pasa por mi lado rápidamente, dirigiéndose a la cocina.

—¿Qué ha pasado? ¿Esta bien?— pregunto preocupado.

Me sonríe— Esta bien, no es nada grave.

—Pero, ¿segura? ¿Por qué estaba llorando?

Se acerca a mi, me rodea el cuello con sus brazos y nos fundimos en un dulce y corto beso. Poso mis manos sobre su cintura, atrayéndola más contra mi. Es tan hermosa, amo a esta mujer.

—Esta bien tranquilo. Venga, vamos a comer.

Asiento, poso la mano en su cintura y nos dirigimos a la cocina. Allí estaba Lia comiendo. Nos sentamos y empezamos a comer.

Más tarde

Nos encontrábamos Mia y yo en el sofá acurrucados mientras veíamos la televisión.

—Mama, papa— se acerca Lia hacia nosotros, se sube al sofá y se coloca a nuestro lado.

—¿Qué pasa princesa?— pregunto, acariciando su mejilla.

—¿Puedo haceros una pregunta?

—Claro cielo, lo que quieras— sonríe Mia.

—¿Cómo os conocisteis?— pregunta curiosa.

Abro los ojos sorprendido, no me esperaba esa pregunta.

—¿Por qué quieres saberlo?—pregunto curioso.

—Tengo curiosidad, además, quiero saber como llegasteis a amaros tanto.

Sonrío, era sin duda la niña más tierna del mundo. Era igual a su madre a su edad.

—Nos conocimos cuando teníamos 8 años— sonrío al recordar— Yo estaba jugando en el parque cuando ella apareció. Incluso con esa edad tu madre fue capaz de deslumbrarme. Para que luego diga que no la amo— digo, ríe, Mia se sonroja.— A partir de ese día nos vimos varias veces, pero a partir de un día no la volví a ver. Hasta años después cuando me la reencontré en el instituto.

—¿Por qué no volvisteis a veros?

—Porque me fui de esa ciudad— cuenta mi princesa—. Tuve que mudarme.

—Cuando nos reencontramos ella no me reconoció— continuo— lo que no me extraño ya que había cambiado mucho, pero en cambio yo si que la reconocí a ella. No había cambiado nada, seguía igual de hermosa— sonrío, se sonroja.

“Al encontrarla empecé a acercarme a ella poco a poco. Intentaba que confiara en mi lo que no era fácil ya que estaba pasando por momentos difíciles. Pero al final conseguí acercarme y enamorarla. No fue fácil estar juntos ya que habían muchas personas en contra pero nunca nos rendimos. Seguimos juntos y hoy estamos más felices que nunca, casados y con una hermosa niña que amamos con todo nuestro corazón.”

Me sonríen, las rodeo con mis brazos, atrayéndolas contra mi pecho en un fuerte abrazo. Las amaba mucho, eran mi vida entera. No podría vivir sin ellas.

—Guau.

Sonrío— A ti también te amamos Snow.

Mueve la cola feliz, se sube al sofá entre nosotros y se une al abrazo.

Esta era mi familia y no podía ser más feliz.

Mi Salvación (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora