-¡Chuuya! -Se escuchó una expresión de alegría y algo de nostalgia en la voz de Akutagawa cuando abrió la puerta.
-¡Enano! -Respondió un hombre de una manera similar, pero con un tono de voz más agudo y enérgico.
Desde la cocina se asomó una cabeza albina que al escuchar el saludo pensó "¿le dice enano? Si es cerca de diez cm más bajo que él". Era Atsushi, quien recordó la frase que su novio le estuvo recalcando por casi dos meses: "Jamás le digas enano ni menciones su altura", y con eso en mente se acercó a la puerta para saludar al invitado, mientras Akutagawa llevaba las maletas a la habitación.
-Soy Chuuya Nakahara, tú debes ser Atsushi. -dijo mirándolo de arriba abajo, preguntándose cómo su ex subordinado, el perro rabioso que mataba todo lo que se le atravesara, terminó enamorándose de un chico con una mirada tan tranquila e inocente.
-Sí, soy Atsushi Nakajima, mucho gusto señor -esta última palabra la dijo pensando que podría demostrar respeto, pero cuando terminó de mencionarla le pareció algo exagerada.
Chuuya estalló en risas- no me digas así, solo soy cuatro años mayor que tú. Dime Chuuya... o suegro. - volvió a reír fuertemente, solo que ahora volteando en dirección a Akutagawa para verificar si su broma logró avergonzarlo. Era uno de sus pasatiempos favoritos cuando trabajaban juntos.
El resto del día lo pasaron comiendo y hablando de variados temas, entre los cuales el principal fue la relación de la pareja. A Chuuya le causaba mucha curiosidad cómo terminaron conociéndose y formando una relación que ya llevaba alrededor de cuatro años.
Yokohama era una ciudad en la que gobernaban dos grupos: el primero era la Agencia Armada de Detectives (ADA), quien la cuidaba desde la superficie encargándose del orden y la justicia. Mientras que el segundo se llamaba Port Mafia (PM) y era el que se ocupaba del trabajo sucio. Estos bandos tenían sus tareas claras y ninguno interfería con el otro siempre que fuera por el bienestar de su amada Yokohama.
Hace cinco años, un grupo militar con algunos usuarios de habilidades entraron a Yokohama con la idea de invadirla para tener acceso a la ciudad de Tokio. En ese momento la ADA y la PM se unieron en una lucha contra los soldados que duró casi 30 horas. Atsushi debió enfrentar a Tonny, un hombre cuya habilidad era manipular a distancia los objetos, no obstante, las restricciones de su habilidad eran dos: primero él debía tocar antes el objeto que iba a manipular y segundo, debía tenerlo a la vista. Ellos estaban luchando a los pies de un cerro junto a un bosque, pero el hombre tigre solo usaba su poder en sus brazos a causa del cansancio, por lo que se percató que una roca estaba a punto de romper su cabeza cuando ya estaba a menos de dos metros de distancia. En ese momento, una sombra cubrió su cabeza sorpresivamente para protegerlo formando un techo con Rashoumon.
-Me salvaste, gracias -le dijo a Akutagawa quien llegó a su lado de un salto -Ese tipo solo puede mover lo que está en su rango de visión.
-Entonces... -dijo Akutagwa envolviendo a Atsushi en una bola grande que solo le permitía a Tonny ver un árbol y una parte del cerro a la que no había llegado antes, ni tampoco lo haría ahora, ya que Atsushi enfocó su poder en el brazo derecho y saltó desde el interior directo a su cara. El hombre no se volvió a mover y desde su cabeza comenzó a salir una línea espesa de sangre. La química y conexión entre los chicos fue instantánea al momento de conocerse, solo les bastó mirarse a los ojos unos segundos.
Un mes después de ganar esa batalla, Atsushi se encontró con Akutagawa mientras este esperaba a su hermana en el centro comercial. A los días concretaron su cita y comenzaron a salir en secreto. Un año después ambos renunciaron a sus agencias.
Al día siguiente Atsushi le dio un mapa a Chuuya para que recorriese la ciudad en la tarde, aun sabiendo que los locales en donde el pequeño turista quería comprar estarían cerrados por ser día sábado. Todo era un plan de Atsushi (que logró también convencer a Aku) para elaborar una fiesta con sus amigos más cercanos y darle una bienvenida más divertida, pudiese distraerse y dejar de pensar en el trabajo. O eso creyó Atsushi.
- ¡No tengo por qué estar con toda esa gente que no conozco! Me iré a acostar. -dijo Chuuya enojado cuando llegó a la casa y vio las luces encendidas, música retumbante que él jamás había escuchado, el minibar de la casa con licores servidos y un olor a carne que provenía del patio trasero.
Chuuya usaba un químico inyectado para calmarlo cuando estaba llegando al punto de usar a Arahabaki, por lo que su cuerpo se estaba debilitando y en sus misiones estaba ascendiendo el número de muertos. Mori le dio la orden directa de "tomar vacaciones", eso significaba no usar su poder, descansar mucho y alejarse de Yokohama.
Cuando Chuuya se encerró en la pieza furioso pensó "se supone que estas vacaciones eran para relajarme y al idiota de Akutagawa se le ocurre hacer esto...aunque no creo que haya sido él quien dio la idea". Ya había pasado media hora desde que se había enojado, por lo que estaba lo suficientemente calmado para ir al baño, quizás servirse algo y llegar a la pieza para intentar dormir, pero cuando venía de vuelta a la habitación sintió un agarrón en su antebrazo.
-Sé que a ambos no les agrada mucho la idea de socializar, pero Aku se esforzó mucho para hacer esta fiesta ya que cuando estaban más jóvenes tú salías con él y tus amigos en Yokohama a fiestas constantes, en las cuales, a vista de él, dejabas todo el estrés atrás -era Atsushi con unos jeans y una camisa blanca que lo hacía parecer un adolescente infiltrado-. No sé cómo eres tú ahora, pero la relación de hermanos que tenían con Aku él la atesora mucho y pensó que sería como antes.
Chuuya vio entre un grupo de 3 personas una sombra esbelta, con jeans negros y una chaqueta de cuero, que tímidamente estaba escuchando lo que hablaba una mujer con un vestido turquesa excesivamente ajustado para resaltar todas sus curvas, y a su lado una chica con su novio que parecían estar en el límite de edad para estar tomando cerveza.
Aquí, a diferencia de Yokohama, no existían honoríficos, trajes y las jerarquías se dejaban en el trabajo. Aunque la ley del límite de edad también regía aquí, pero desde los 18 años.
Chuuya se quedó observándolos un rato con un trago de vino que Atsushi le había servido.
-Hey! ¿Qué pasa? -dijo con una voz que creía amistosa, pero en realidad daba la sensación de ser intimidante.
¡Chuuya! -Akutagawa se emocionó al ver que venía directo hacia ellos.
Los amigos miraron fijamente a un hombre bajito con un cabello muy llamativo de color anaranjado y una coleta a su lado derecho que se deslizaba por su cuello, en el cuál resaltaba una gargantilla negra ajustada. En sus ojos celestes se reflejaba el brillo de las estrellas, pero si lo mirabas de otra manera, también se reflejaba la oscuridad de la noche, una oscuridad en la que solo veías un hermoso rio azul capri...uno donde podrías terminar ahogándote.
Al ver su vestimenta, daba la impresión de estar de nuevo en la época rockera de los años 80', con unos pantalones de cuero, unos bototos y un abrigo color rojo caramelo, entre el cual se leía "FUCK U" en una camiseta blanca dentro. Pero lo que más llamaba la atención de su vestimenta no eran los colores o materiales, sino un sombrero. Era un bristol hecho de una tela satinada color negro azabache estilo Slash, y mostraba en la base de su copa una cadena plateada que colgaba por un lado en forma de U.
-Hola, me llamo Akiko Yosano- dijo la mujer del vestido.
-Soy Junichirou Tanizaki y ella es mi hermana, Naomi- dijo el chico apuntando a la que Chuuya creyó que era su novia.
Atsushi pasó por frente de la barra con tragos en sus manos observando cómo Chuuya era ahora el foco de atención manteniéndose siempre al lado de Akutagawa y logrando que éste hablara como casi nunca lo hacía.
-Creo que no solo a Chuuya le sentó bien esta fiesta- dijo Atsushi con una alegre sonrisa.
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Vacaciones Forzadas
FanfictionFiesta, alcohol, amigos y juegos ¿qué podría salir mal? Bueno...quizás Chuuya sepa la respuesta.