Chuuya despertó pasadas las 12 del día, miró el entorno y vio acostado a su lado un hombre de cabello color chocolate durmiendo tranquilamente y más allá, en el piso, dos bolsas de condones usados. Se levantó tan asustado y de sobresalto que ni siquiera abrió su maleta, solo se vistió con la ropa que estaba al lado izquierdo de la cama. Mientras éste se colocaba las botas, Dazai agarró discretamente la gargantilla que vio entre las sábanas cuando fingía seguir dormido, él sabía que si Chuuya estaba tan alterado no lo notaría y después debería contactarlo para que se la devolviera.
Atsushi solo advirtió una sombra relativamente pequeña con una coleta anaranjada salir apresurado por la puerta principal. Pasados unos quince minutos llamó a los demás para servir el desayuno y solo en ese momento, se percató que quien debería levantarse del sillón en el living, salió de la pieza de invitados.
-¡¿Qué demonios pasó?! -decía Chuuya mientras recopilaba flashbacks que venían a su mente- ¿Qué hice? – se dio cuenta que la pregunta que debía hacerse no era esa, sino "¿Qué hicimos?". Tenía hambre, pero a la vez miedo de volver a casa, por suerte alcanzó a agarrar su billetera mientras arrancaba y aún recordaba el mapa que le había entregado Atsushi.
Ya eran más de las 23:00 y Akutagawa escuchó golpes en la puerta de entrada.
-Aku, por suerte eres tú -dijo Chuuya entrando discretamente.
-Dejaste tus llaves.... -no alcanzó a terminar a frase porque su ex compañero lo interrumpió bruscamente.
-¿Dónde está Dazai?
-Se fue hace rato, ¿por qué?, ¿necesitas hablar con él? -parecía el interrogatorio de una madre consentidora preocupada- ¿quieres que lo llame?
-Olvídalo -respondió Chuuya con una voz desinteresada pero muy aliviada a la vez-. Tomaré una ducha.
Bajo el chorro de agua seguían pasando las imágenes que cada vez eran más claras.
-¡¿Por qué mierd4...?! -el agua corriendo envolvió el sonido del golpe que hizo su cabeza al chocar contra la pared, a modo de autocastigo, como si con eso pudiese eliminar todos esos recuerdos.
El día miércoles estaba todo más tranquilo y ya daba por enterrado todo lo que para él fue un accidente. Uno que jamás volvería a repetir.
-Ah, por cierto ¿has visto mi gargantilla? Revisé la pieza, pero al parecer no está allí -preguntó Chuuya a Atsushi mientras este último limpiaba la cocina.
-Mmm...no recuerdo haberla visto. Quizás Aku la vio cuando hizo aseo.
Justo al terminar la frase, este último entró a la casa. Él había estudiado en una academia de policía, por lo que casi siempre llegaba agotado, después de todo iba muy acorde a su comportamiento, solo que su jefe no le entregaba su arma cargada por el bien de los ciudadanos. Por otro lado, Atsushi eligió Técnico en Enfermería, porque quería seguir salvando vidas.
-Ya llegué -le avisó Akutagawa a su novio junto con un beso-. Compré esto para ti- le entregó un pastel a su amigo que estaba en el sillón recostado mirando una película, este se sorprendió y lo recibió enseguida, agradeciéndole con una linda sonrisa en su rostro.
-Aku ¿sabes dónde está la gargantilla de Chuuya? -preguntó Atsushi.
-Ah sí, Dazai dijo que la había llevado en su abrigo de casualidad -respondió Akutawaga mirando en dirección al sillón.
Un trozo de pastel cayó a la alfombra. Chuuya palideció y solo pensaba "maldito hijo de put4, eso no fue ninguna casualidad."
-Oye, estás botando el pastel -dijo Aku apenado-. Lo siento, olvidé que no te gusta mucho el sabor dulce.
-¡Ah, perdón! No, no es eso. Fue un accidente -Chuuya estaba reaccionando-. Iré a ver si Mori respondió mi mensaje. Yo limpiaré esto después.
Diciendo eso, se levantó y rápidamente se fue a su pieza, sin siquiera notar que aún cargaba el regalo de su amigo en la mano izquierda...Estaba entrando en pánico.
-¿Para qué quieres verme? -susurró sentado en el piso apoyando su espalda en la puerta- De seguro debes estar riéndote de mí en estos momentos. De la misma forma que lo hiciste esa noche ¿no? Su enfado crecía cuando recordaba su primera vez.
Chuuya jamás había tenido sexo con un hombre y menos supuso ser el sumiso, como ocurrió la madrugada del domingo anterior. Dazai se encontraba desnudo encima de él pensando en masturbarlo un rato y luego dejarlo en una posición sencilla que no requiriera mayor esfuerzo para su comodidad, pero al parecer no calculó bien. Pasado solo un minuto, el pen3 del primerizo comenzó a tiritar en su mano, al mismo tiempo que éste, quejándose, intentaba decir "¡Detente!". Por desgracia, sus gemidos no se lo permitieron.
Dazai estalló en carcajadas cuando el inexperto terminó en su mano, salpicando también su pecho.
-Jajaja, sabía que era tu primera vez, pero no imaginé que durarías tan poco -seguía riéndose burlesco, pero ahora más bajo, ya que recordó que los dueños de casa dormían en la pieza del frente.
Chuuya se enfureció por la mofa, pero, para desgracia de él, su teoría se confirmó: no podría usar su poder contra Dazai porque el de este consistía en anular los demás.
-No te puedes enojar si sigues excitado -observaba el pen3 de Chuuya que seguía erecto, aun cuando la cantidad de semen que expulsó fue enorme.
-¡Imbécil! ¡Vete a la mierd4! -La voz del inexperto iba subiendo proporcional a su enfado. A la vez que hablaba, tiraba con fuerza las prendas de Dazai en dirección a la puerta, exceptuando el pantalón de tela que su dueño había agarrado primero, de donde sacó de su bolsillo dos paquetes de condones.
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Vacaciones Forzadas
FanfictionFiesta, alcohol, amigos y juegos ¿qué podría salir mal? Bueno...quizás Chuuya sepa la respuesta.