Prologo:

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Me escondía en el armario, de aquel ser me buscaba, estaba llorando desesperado, emanaba feromonas  de miedo lo único que pensaba es "oh, ¿papá donde estas?", era inútil huir o gritar, todo el mundo me despreciaba y todavía lo siguen asiendo.

Escuchando las pisadas de sus botas, se me helaba la sangre, cada vez mas cerca, cada vez mas me calaba el sentimiento de horror y miedo, hasta que tomó mi pierna y la jalo.

-"¡¡Suélteme!!-grite del miedo pero a ese país no le importó.

Desgarró mis ropas, mientras me besaba tan asquerosamente, en eso entran otros dos países que al verme simplemente sonríen y se les une. Uno me besaba, otro me preparaba tan bruscamente, y el último se hacia chupas su pene, tan desagradable sensación en mi garganta, que asco. Todo se volvió negro cuando sentía como entraba aquel trozo de carne y me partía.

Era un niño de 10 años, pero no les importo quitarme lo único que tenía, mi dignidad, mi entrada se desgarro de tanta fuerza que utilizaron en mi, vaya que dolor, cada noche que cierro mis ojos los recuerdo, tan burlones, tan cobardes, tan hijos de puta.

-J'entends par le nazi dégoûtant, il l'a caché- decía uno.

-By God, how tight it is- exclamaba el que me penetraba pero no era el único.

-Какая шлюха у Третьего рейха в качестве сына- exclamó el ultimo.

Eso hace que me levante cada noche y odie mi casta de Omega, ya que después de ese día siguieron violándome hasta que cumplí 18 años y fui un país autosuficiente, aunque todavía recibo sus miradas de lujuria y maldad, cada vez que lo veo me hacen vomitar.

Creo que mi vida se resume a ser la puta de esos 3, ¿no?, nada va a cambiar o tal vez si.

Me desprecio por ser... OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora