One-shots inspirados en las temáticas del Inktober 2021.
Porque la inspiración llega de cualquier fuente, y aveces una sola palabra puede ser el inicio de cientos de historias.
* Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor, Har...
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Gritos infantiles se podían escuchar en toda la habitación, combinados con llantos. Las súplicas de los niños más grandes, repitiendo una y otra vez que no querían morir, rompían el corazón de cualquiera. Una lluvia de disparos había arrasado con la tranquilidad de ese lugar minutos antes.
El infierno en la tierra se había desatado ahí, en un bar mejor conocido como "White Evil". El local no sólo contaba con bebidas de alta calidad, en realidad, su fama se derivaba por tener el mejor servicio de striper... Y por haber manejado la red más grande de tráfico de menores sin que pudieran detectarlos.
Hasta ahora.
Eso era lo que nos situaba en el estado actual, donde varios oficiales de la policía acordonaban la zona afectada por el fuego cruzado, mientras algunos agentes trataban de calmar a los menores. Lo peor había pasado ya. Pero lo más importante no residía en la caída, ¿Cierto? Sino, en la razón de que hubiera sucedido.
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—Agente Bokuto, que bueno verlo por aquí —Saludó un azabache con sonrisa ladina, mientras daba alcance al mencionado —. Si la situación no lo requiere ni siquiera pasa a saludar, ¿Acaso se ha olvidado de los pobres?
—Oficial Kuroo —Unos iris ámbar brillaron al tener cerca al otro chico, se había girado en su dirección apenas reconoció su voz —. Tan dramático como siempre.
—No es dramatismo, pero no te quedarás pobre si cruzas media ciudad para visitar a tu mejor amigo más seguido. Jamás creí que lo diría, pero se extraña tu extravagante presencia aquí.
—Owwwww, si me extrañas, ¡Ven aquí gatito! —Dejando su actitud formal a un lado envolvió al azabache en un abrazo, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello —. En fukurodani todos son muy buenos, pero no es lo mismo que Nekoma, también los extraño.
—Estúpido búho sentimental —Refunfuñó Kuroo, pero sin la menor intención de escapar del abrazo. Después de tanto tiempo sin verde era reconfortante tener su calor cerca —. Sigo sin entender por qué te cambiaste de agencia, eras mi compañero ideal, mi otra mitad, el complemento de mi alma... Éramos imparables atrapando a los criminales de esta ciudad.
