Bokuto nunca se consideró como una pareja celosa, al contrario, presumía con orgullo a su novio ante cualquier persona que quisiera admirarlo. Fue por esa misma razón que se sorprendió a sí mismo cuando una desagradable sensación se asentó en su pecho, específicamente, al observar aquellos ojos verdeazulados que tanto amaba brillar encantados. Akaashi estaba disfrutando de un delicioso desayuno... Uno que no había sido hecho por él.
—Esto en verdad te quedó delicioso, Myaa-Sam —Bokuto escuchó, por tercera vez en pocos minutos, como el halago iba dirigido a un chico peligris.
—Me alegra que te gustara Akaashi —Le respondió el dueño de la dulce creación, antes de girarse a su otro cliente, quien ni siquiera había tocado los panqueques —. Bueno, tengo otras mesas que atender, si necesitan algo más pueden llamarme.
Sin decir otra palabra se retiró de esa mesa, dejando sola a la pareja. Sola y en un silencio poco usual. Akaashi no pasó por alto ese detalle.
—¿Ocurre algo, Kou? No has tocado tu desayuno.
El mencionado pareció salir de su lío mental tras escuchar aquello. Parpadeó un par de veces, con la vista fija en su acompañante, después miró los panqueques de su plato. Su apetito se alejaba tan solo de recordar quién los había preparado, pero aún así se obligó así mismo a sonreír.
—No es nada 'Kashi, estaba pensando en lo bien que se ven, me da lastima tener que comerlos.
—Mmmm —Ese sonido le hizo saber que su ligera mentira no era muy creíble.
—No me mires así —Murmuró con un puchero en los labios —. Si me lo comeré, se que la comida no se desperdicia.
Entre queriendo y no queriendo hundió el tenedor en aquel panque, su textura era suave y esponjosa, demasiado tentadora.
'Rayos, admito que no está mal, hasta se ve... Pasable', el pensamiento dolió en sus adentros, pero lo dejó a un lado para la verdadera prueba. Con una alegría que en realidad no sentía llevó un trozo del panqueque a sus labios, convenciéndose que algún defecto podría tener.
La realidad fue completamente distinta.
Hubo una explosión de sabores y sensaciones cuando su paladar degustó el alimento. Suave, dulce, ligeramente salado, crujiente en la medida exacta, y hasta con un toque ácido. El choque a su sistema fue directo.
—Esto sabe... Muy bueno —Por increíble que fuera eso fue lo único que su orgullo le permitió decir —. Myaa-San es hábil en la cocina.
Akaashi concordó con él, complacido de que ambos pudieran seguir disfrutando esos manjares, de lo cuales, no dejaron ni las sobras.
Esa mañana, Bokuto había perdido abismalmente contra Osamu, y al llegar a casa supo la razón principal de sus celos. Por primera vez, su novio prefería un desayuno diferente al suyo. La revelación encendió una chispa de competitividad.
—Yo puedo hacerlo mejor —Aseguró con convicción —. Él amará más mis panqueques. Mañana lo voy a sorprender.
Dicho y hecho.
Al siguiente día, para Akaashi fue toda una sorpresa encontrar la cocina vuelta un desastre. Utensilios llenos de mezcla por todos lados, humo gris flotando en el aire, y en el centro de aquel caos, un peligris sonreía con un plato en las manos, cubierto por una capa de harina hasta los cabellos.
—Taraaaan~ —Canturreó cuando sus ojos conectaron —. ¡Hice el desayuno, 'Kashi!
—Tú solo, sin supervisión de alguien más —El tinte preocupado no pasó desapercibido en su voz —. No sé qué es más curioso, que no hayas incendiado la casa, o que volvieras a preparar lo único que nunca te salió.
—Que malo eres... Yo desperté tan temprano y me esforcé solo para ti —Los ojitos dorados parecieron adquirir un matiz triste, antes de clavarse en los suyos con el reflejo de un anhelante deseo —. Para que comieras lo que más te gusta, para demostrar que haría hasta lo imposible por ti. Sería la persona más feliz si con eso puedo... Mmm... S-si yo pudiera... ¡Ser el dueño de la sonrisa que tenias en el restaurante!
Ah, la confesión llegó como una flecha disparada directo al centro de su corazón. Una vez más, Bokuto desaparecía toda preocupación por los terribles escenarios de un incendió, siendo estos eclipsados por la ternura. Nadie tenía detalles tan lindos hacia su persona como aquel peligris.
—Sigo sosteniendo que es sorprendente el hecho de no tener a los bomberos aquí —Comentó Akaashi, con una sonrisa que causó una linda mueca en el contrario —Pero más importante que eso, es tener a mi cocinero favorito consintiendo mis gustos. Gracias, cariño. Por cosas como estas término más enamorado a cada día.
El cumplido causó que ni la harina pudiera ocultar un suave sonrojo. Bokuto estaba feliz y avergonzado al mismo tiempo, pues en ese momento, el haber sentido celos por un simple desayuno pasó a ser algo ridículo. Él podía ver sonrisas que sólo le eran dedicadas en la intimidad de su hogar todos los días. Sonrisas genuinas, tiernas y enamoradas. Complementadas por dulces besos sabor a panqueque. ¿Algo mejor que eso? No, no se podía desear.
—El esfuerzo valió cada segundo invertido, mi cielo, y se que este intento culinario no se podrá comparar con la experiencia que nos hizo sentir Myaa-San, pero seguiré practicando, lo haré hasta ser digno de tu más sincero halago.
—No tienes que preocuparte por eso, la próxima vez que cocines estaré presente, ambos tenemos todo el tiempo del mundo para seguir experimentando. Los desayunos caseros son mis favoritos, y si los preparamos ambos se vuelven mejor.
En medio de la desastrosa cocina la pareja compartió otro beso, junto a un ameno desayuno, ambientado por una plática trivial y suave música de fondo. La limpieza ya sería preocupación del futuro, después de todo, el disfrutar la cálida compañía uno del otro siempre había sido y seguiría siendo su prioridad. En esa relación, el amor era la prioridad.
¡Holi holi solecitos!
Se que el capítulo de hoy también fue corto, aunque tenía una idea más desarrollada jsjsjsj pero en lo personal, conforme lo fui escribiendo me gustó más como quedó esta versión, y bueno, terminé dejándolo así. Espero que les haya gustado, aunque fuera un poco :3
Les mando un abrazo virtual, cuídense y tomen awita.
¡Se les quiere!
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Inktober In Bokuaka 2021
FanficOne-shots inspirados en las temáticas del Inktober 2021. Porque la inspiración llega de cualquier fuente, y aveces una sola palabra puede ser el inicio de cientos de historias. * Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor, Har...