Compass/Brújula

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La vida no era fácil cuando veías todo en negro, y no me refiero a un mundo sombrío o falto de colores porque tu pareja te dejó, ni al paisaje gris en un día de lluvia

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La vida no era fácil cuando veías todo en negro, y no me refiero a un mundo sombrío o falto de colores porque tu pareja te dejó, ni al paisaje gris en un día de lluvia. Me fiero al hecho de no ver nada, absolutamente nada... Al hecho de haber sido invidente de nacimiento.

Akaashi Keiji, él era el chico con el corazón más dulce, que vivía la vida con el sabor más amargo.

El azabache nunca tuvo la posibilidad de conocer los colores del cielo, o admirar las estrellas en las noches de verano. Nunca vio la alegría en los ojos de sus padres, ni las lágrimas que soltaban en silencio. Su mundo se resumía en texturas, olores y sabores, pero sobre todo, una tarde de otoño se transformó en sonidos. El sonido de la risa más pura que jamás había escuchado.

Una que quiso disfrutar por siempre.

Una que quiso disfrutar por siempre

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—¿A dónde me llevas, Bokuto-San?

—Es una sorpresa Akaashi, no insistas más o terminaré por decirte —Le respondieron con tono risueño.

Esa había sido su idea, insistir hasta averiguar a qué lugar se dirigían. Hacía dos vueltas a la derecha, cinco a la izquierda y tres más a la derecha que ya no reconocía el camino. No ubicaba los sonidos, y la dirección del aire había cambiado demasiado. La incertidumbre de un lugar desconocido le provocaba nervios... Perderse. No ser capaz de volver. Estar varado en algún punto extraño. Eran tantas cosas las que podrían pasarle si...

—Akaashi —Pronunciaron en voz baja. En un tono calmado para no asustarlo, y lo logró, había salido de sus pensamientos sin sobresaltarse.

—¿Qué ocurre?

—No tengas miedo.

—No lo tengo, Bokuto-San.

—Estás temblando.

'¿Qué? Yo no estoy... Oh... '

Era cierto, Keiji notó que su cuerpo temblaba ligeramente. Ni siquiera se había percatado del momento en que los nervios rebasaron su autocontrol, haciendo que sus pasos se detuvieran.

—Yo... —Trató de excusarse, pero un abrazo cálido lo detuvo.

—No te preocupes, te tengo —Le susurraron dulcemente —. No voy a dejarte 'Kashi.

Inktober In Bokuaka 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora