ו10ו

56 4 4
                                    

El oficial tumbado en el suelo ya en charco de óbito, vomita sangre y la loquilla pega un grito pensando que el hombre daría lucha. Por ende en su grito, deja caer el cuchillo y este se clava en el corazón del hombre. Finalmente silenciándolo. La de cara cortada la mira como «¿Es en serio?». La loquilla extiende para los lados las cornisas de su boca. Algo disgustada y aterrada.

-Bueno. Se movió.- Dice en su defensa antes de mirar a los chicos con una sonrisa. La de cara cortada se levanta del suelo sin soltar su cuchillo y toma a la loquita de la mano para que caminen hacia los chicos. Se ponen frente a ellos y los lideran.

-Son guapos.- La loquilla les susurra con una sonrisita.

-Gracias.- Todos dicen con cierto incómodo por la manera en que ella se expresa. Es tierna sin duda alguna. Pero está fuera de sí.

וו

En el sótano, la Directora está caminando de lado a lado. Sus tacones gruesos sonando con cada paso mientras que al frente en dos de todas las miles de sillas que tenían preparadas para las prisioneras, estaba Yaya y su mamá. Ambas teniendo guardias encima de ellas colocándole el aparato.

-¡ERES UNA PERRA! ¡NO TOQUEN A MI HIJA!- La madre sigue gritando y retorciéndose.

La mujer finamente deja de moverse para confrontarlas con un rostro apático. Sus manos juntas frente a su propio abdomen.

-Te recomiendo que no te muevas mucho. Podrías herirte.

La mujer recomienda y justamente ahí el párpado de la mamá de Yaya se corta por una de las pinzas del aparato. Abriendo el más pequeño de los cortes. Una línea hormiga pero que aún así duele y hace a la mamá respirar agitadamente con varios «¡Agh!» del dolor de por medio.

-Mamá, mamá, no te muevas. Vamos a estar bien. No te muevas.- Yaya trata de estabilizarla. Estando lo más quieta posible. Su madre deja caer unas lágrimas.

-Lo siento por arruinarte la vida. Yaya... Debí de darte una mejor. No tendrías que sufrir nada de esto. Perdón.

Llora la mamá. Su mentón temblando. Su pecho sacudiendose por el llorar. Tratan de estirar sus manos hacia la una a la otra aunque no se puedan ver. Una vez sus manos se alcanzan sienten un terrible alivio. Como si necesitaran sentir de la una a la otra. Se agarran fuertemente de manos.

-No perdono tus pecados, mamá. Pero...perdonaré lo demás.

Ambas se expresan. Sus ojos incapaces de cerrarse. Solo mirando frente a ellas. Los guardias cruelmente separan sus manos para atar las de cada una a los brazos de la silla en la que están. Apretando fuerte el cinturón alrededor de sus mentones.

-Comiencen.- La mujer dice, y los guardias se mueven a la izquierda del sótano, al lado del interruptor de luz. Bajan estos para que las luces se apaguen. Como si fuera automático las pantallas de las computadoras se encienden. Yaya y su madre no tienen más remedio que mirar la pantalla aterradas. Respirando de manera agitada.

La pantalla permanece en blanco por unos segundos.

En silencio.

Puro silencio.

Un silencio frustrante mientras que la dañina luz cala a los interiores de sus sensibles ojos. Deteriorando sus interiores y haciendo que sus pupilas hagan un esfuerzo innecesario por ver lo que sea que este en la pantalla. Incluso si ahora mismo se muestra nada más que en blanco.

𝐄𝐋𝐈𝐓𝐄 4 •MewGulf •SaintZee (+más parejas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora